¿Has oído hablar de la economía dónut? Este concepto, relativamente reciente, apunta a una nueva economía, a otro modo de entender esta ciencia. El dónut es un símbolo de hacia dónde tenemos que caminar como sociedad. Y es sencillo de entender porque es muy visual: solo tenemos que imaginar… eso, un dónut.

Visualicemos esta nueva economía del dónut

Puede que alguno haya pensado inmediatamente en la economía circular para imaginar la economía dónut. Y guardan relación, pero no son lo mismo.

Tenemos un dónut. El círculo pequeñito, el que se dibuja en su interior, representa las necesidades que tenemos para que nuestro bienestar como personas esté perfectamente cubierto. Dentro de ese circulito tendríamos:

  • Vivienda.
  • Agua potable y alimento.
  • Salud.
  • Educación.
  • Una renta económica y un trabajo que nos la procure.
  • Paz y justicia.
  • Igualdad de género.
  • Igualdad social.
  • Participación política.
  • Energía.
  • Redes y conectividad.

Es decir, estarían conformados los mínimos necesarios para vivir en armonía como sociedad. Pero el límite exterior del dónut dibuja otro círculo mayor. Alrededor de ese círculo tendríamos el techo ecológico del planeta, esto es, los límites que nos impone la sostenibilidad. Por ejemplo:

Resumiendo: el mínimo está en el círculo exterior y el máximo lo marca el borde externo del dónut. En medio está el dónut en sí mismo. Es decir, la masa de esta rosquilla es el espacio en el que podemos avanzar como sociedad, aquel que no solo es justo para todos sino que además es compatible con los recursos que vamos a extraer. En otras palabras, el espacio habitable, sostenible.

Principios de la economía del dónut

Esta nueva economía no es solo una bonita hipótesis sin más. La teoría, desarrollada por la economista Kate Raworth, se sustenta en la plataforma Doughnut Economics Action Lab, que pretende trasladar a la realidad los principios de esta nueva manera de pensar. De hecho, ya se ha puesto en marcha en ciudades como Ámsterdam, de cara a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Estos son los cinco principios en los que se basa la economía del dónut:

  • Compartir. La idea es adquirir menos bienes por persona y utilizarlos entre varias. Por ejemplo, vehículos para desplazarnos, dispositivos electrónicos, etc.
  • Crear plataformas para que compartir sea algo eficaz. Tiendas de segunda mano, pero también aplicaciones que hagan circular determinados bienes (car sharing, por ejemplo) o espacios para reparar electrodomésticos o electrónica.
  • Reciclar y reparar. Ropa, dispositivos y, esencialmente, todo aquello a lo que se le pueda dar una segunda, tercera y cuarta vida si es posible.
  • Evitar el despilfarro de comida. Conocemos las consecuencias a corto y largo plazo de este mal hábito, que hay que eliminar de nuestras vidas.
  • Reutilizar para construir. Darle otra vida a los materiales de construcción es una de las ideas más repetidas en el concepto de arquitectura e ingeniería sostenibles. También crear nuevos materiales a partir de otros (madera hecha con papel, por ejemplo) es una tendencia que ha venido para quedarse.