Está más que demostrado el grave impacto de la economía tradicional (también llamada economía lineal) sobre los recursos naturales del planeta, un problema que ya ocupa un lugar destacado entre las prioridades de las principales potencias mundiales. Y aunque todavía quede un largo camino por recorrer, la economía circular -en el lado opuesto a la economía lineal- empieza a cobrar cada vez más presencia en las empresas.

A continuación, analizamos el papel de las economías circulares en las empresas de cara a extender la vida útil de sus productos y darles una segunda vida. ¿Cuándo exactamente? Antes de que los recursos naturales del planeta se agoten definitivamente. 

CONCEPTO DE ECONOMÍA CIRCULAR

Antes de entrar a definir el concepto de economía circular es importante comprender su polo opuesto, es decir, la economía lineal. ¿En qué consiste, por lo tanto, la economía denominada lineal

De forma resumida, la economía lineal basa su actividad en utilizar recursos para crear productos que tendrán una vida útil limitada. Dicho de otra forma, la producción en la economía lineal engloba el proceso de adquirir materiales y transformarlos para producir productos que finalmente se convertirán en residuos

Pensemos por ejemplo en un juguete de plástico para bebés: después de darle uso durante un tiempo limitado, el juguete acabará muy probablemente en un trastero… o peor aún, en un vertedero en el que pasará unos cientos de años antes de desaparecer.

En el polo opuesto, la economía circular supone una nueva forma de producción de bienes, donde se tienen muy en cuenta los límites naturales de nuestro planeta. Se trata en esencia de crear y comercializar productos que puedan ser reutilizados, reparados o reconvertidos en otros productos, garantizando para éstos un ciclo de vida circular.

EL IMPACTO DE LA ECONOMÍA CIRCULAR EN CIFRAS

Según los datos publicados por la Fundación Ellen MacArthur (organización cuya misión principal es promover el desarrollo de economías circulares por parte de las empresas), se podrían ahorrar 700 millones de dólares al año solamente en la industria de bienes de consumo. Yendo un paso más allá en el impacto positivo de las economías circulares en las empresas, éstas podrían ahorrar hasta un 48% de las emisiones de dióxido de carbono desde la actualidad hasta el año 2030, de acuerdo con los datos publicados por la misma fuente. 

Pero quizás lo más sorprendente de todo sea el impacto de las economías circulares sobre la salud general de la población. Según la fundación Ellen McArthur, el desarrollo de las economías circulares en el sector de la alimentación podría suponer un ahorro anual de más de 550 billones (con b) en costes asociados a muy diversos problemas de salud.

Por ejemplo, la redistribución de alimentos comestibles (en lugar de ser considerados como residuos en caso de no ser vendidos) supondría una ayuda para reducir los niveles de desnutrición en gran parte de la población mundial, según publicó en 2018 la Organización Mundial de la Salud en su informe Circular Economy and Health.

Pero hay mucho más, ya que una reducción en los residuos industriales y en las emisiones tóxicas derivadas de la producción masiva (propia de la economía lineal) podrían reducir el desarrollo de enfermedades como el cáncer o riesgos respiratorios, según indica la OMS en el citado informe.

RESUMIENDO…

Dentro de una economía circular no tiene cabida el concepto de usar y tirar. Al contrario, va a poner el foco en diseñar productos pensando en conseguir la mayor durabilidad, reutilización y reciclaje posibles de forma que el sistema económico mundial no acabe con los recursos naturales del planeta. 

¿Por dónde podemos comenzar a poner nuestro grano de arena? Por ejemplo, optando en la medida de lo posible por consumir productos de empresas que incluyan procesos circulares en sus líneas de producción.