Vivimos constantemente rodeados de etiquetas generacionales (Generación X, Millennials, Centennials…) que nos dividen por la época en la que nacimos, pero también por las diferencias asociadas a cada una de estas épocas. Y cuando todo parecía estar en su sitio, bien atadito y categorizado… aparece un nuevo término en el horizonte para definir a aquellas personas que no se dejan encasillar por estos convencionalismos. Llegan los perennials y lo hacen reivindicando con fuerza su atemporalidad.

Pero ¿quiénes son los llamados perennials?, ¿qué es lo que les hace diferentes? Pues bien, el término en sí -uno más para la lista- hace referencia a esas personas que, movidas por la curiosidad, la creatividad y un gran sentido de la adaptación a los cambios, se mantienen conectados con lo que les rodea con independencia de tener una edad u otra. 

Es decir, los perennials son por definición aquellas personas para cuya clasificación la edad dejó de ser un elemento relevante, dando cabida a aspectos mucho más significativos en las personas.

EL ORIGEN DE LOS PERENNIALS

El término perennial fue acuñado por primera vez por la experta en tecnologías Gina Pell para referirse a un tipo de personas que se mueven en una constante búsqueda del cambio, evolución y mejora en sus vidas y de quienes les rodean. En sus propias palabras, los perennials son esas personas que están siempre en favor del cambio positivo, al tanto de lo que está pasando en el mundo y siempre conectados con las últimas tecnologías.

El término surge al dar el salto desde una división de las personas por sus rasgos demográficos hacia una división por sus rasgos psicográficos. Pero ¿cuál es la diferencia entre estos dos enfoques? 

Por un lado, los datos demográficos recogen la información general sobre un grupo de personas de interés. Dependiendo de la finalidad para la que se vayan a emplear los datos, éstos pueden incluir variables como la edad, el sexo o el lugar de residencia, así como características sociales como la ocupación laboral, la situación familiar o los ingresos anuales.

¿Y los datos psicográficos? En este segundo caso, la información gira alrededor de los intereses de las personas, sus actitudes, valores, estilos de vida, personalidad, etc. Y sobre este tipo de información es donde se sustenta la diferenciación de las personas consideradas perennials: en sus rasgos subjetivos más allá de su perfil demográfico.

Por ejemplo, una persona de cincuenta y dos años residente en un pueblo de Castellón puede tener más en común con su sobrino, de veinticinco años y residente en Madrid, que con sus propios paisanos de la misma edad: ambos son apasionados de participar en scape rooms y otros juegos de habilidad, usan a menudo plataformas colaborativas y están concienciados con el cambio climático. 

NO ES LA EDAD, ES LA ACTITUD

Lo más importante a tener en cuenta al hablar de una persona considerada como perennial es que ésta no se definirá por su edad, sino por su mentalidad y forma de vivir no ligadas a una fecha de nacimiento específica.

Así pues, igual que pertenecer al grupo generalmente conocido como el de los millenials no implica necesariamente vivir con los padres y estar montando en el garaje una empresa tecnológica que salvará el planeta, ser una persona mayor de setenta años tampoco implica que su vida haya quedado reducida exclusivamente a sacar a sus nietos de paseo. Cada vez hay menos cabida para los estereotipos en los tiempos que corren.

Y a ti, ¿te motiva hacer las cosas a tu propia manera?, ¿estás conectado en todo momento con lo que sucede a tu alrededor, dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad de hacer algo relevante?, ¿te arriesgas por lo que quieres, eres constante y alcanzas tarde o temprano todo lo que te propones? Si es así, tal vez seas un perennial de pleno derecho sin importar que tengas veinte o cincuenta años.

LOS SENIOR PERENNIALS

Como decíamos, no importa la edad para pertenecer a este grupo. Es por eso por lo que resulta fácil encontrar a personas de entre 55 y 75 años que lejos de vivir una vida sedentaria, realizan múltiples actividades.

Un grupo que además está muy vinculado a la tecnología y la usa en su día a día para mantenerse conectado o incluso para que resulten más fáciles algunas de las tareas diarias o que pueden surgir por un imprevisto.

Por ejemplo, el teléfono móvil ya no es un desconocido para este segmento de la población. Tampoco lo son los wearables, que los acompañan durante todo el día. 

Un ejemplo es el dispositivo de Protección Senior, con un reloj inteligente que incluso detecta posibles caídas y manda un mensaje a los familiares, al mismo tiempo que envía asistencia sanitaria… Y su dispositivo anexo para el hogar, desde el que poder conectar con otros usuarios para hablar o solicitar los servicios de telefarmacia 24h o mayordomo, para resolver trámites cotidianos y así disponer de tiempo para disfrutar de lo que les gusta.