Reducir el impacto medioambiental nos interpela a todos. Desde cómo reciclamos nuestros residuos en casa hasta las políticas que implementan las empresas para gestionar sus desechos, pasando por la búsqueda de nuevos materiales menos contaminantes o de combustibles más limpios, el mundo entero tiene en su horizonte dejar menos huella de la actividad humana. Uno de los sectores estratégicos más sensibles a este cambio es el de la logística. ¿Cómo lograr que almacenamiento, aprovisionamiento y reparto se alineen con lo sostenible?

Las prácticas y estrategias llevadas a cabo en el mundo de la logística tienen un impacto directo en el medio ambiente. ¿Qué claves se manejan en la actualidad y en el corto y medio plazo para mejorar su eficacia en términos de sostenibilidad? Estas son algunas de las más relevantes

Comercio ‘online’: controlar la última milla

Hemos pasado de ser una sociedad que se desplazaba para adquirir sus productos a recibirlos en casa. Según datos de la CNMC, el comercio electrónico creció en 2023 más de un 22% con respecto al año anterior. Esto, en términos de emisión de CO2, es preocupante: los pequeños transportes que llevan al destinatario final el producto incrementan los costes logísticos en hasta un 40%, y representan un 20% del tráfico en las grandes ciudades.

En términos de sostenibilidad, es en esa última milla donde hay que operar: primero, con vehículos no contaminantes; segundo, evitando circular en horas punta; tercero, con una cultura que descarte la entrega a domicilio y donde el consumidor final se desplace hasta el locker o punto de recogida (taquillas inteligentes, tiendas de proximidad, etcétera).

Creación de minialmacenes

Las naves de almacenamiento logístico suelen tener grandes extensiones y encontrarse fuera de los núcleos urbanos. Lo segundo favorece el aumento de tráfico. Expertos en economía sugieren la creación de hubs urbanos situados en el centro de las ciudades: por ejemplo, en mercados municipales. De esta manera se reduce el transporte por carretera, que es sin duda uno de los grandes hándicaps de este cambio de mentalidad.

Incremento de precio en la entrega a domicilio

Existen determinados impuestos, como la llamada tasa Amazon en Barcelona que, sin embargo, no parece haber dado solución al problema (regular el uso del espacio público). Sin embargo, otros expertos apuntan a la posibilidad de que la entrega a domicilio tenga un coste sobre la entrega en un locker: se trata, en definitiva, de desincentivar esos últimos metros de recorrido por parte del transportista.

Reparto sostenible

Por supuesto, una de las claves es priorizar los vehículos limpios sobre los contaminantes, tanto dentro como fuera de los núcleos urbanos. Dentro, bicicletas, coches, motocicletas o furgonetas movidos por electricidad; fuera, dando protagonismo a los trenes de mercancías, que son de largo el medio que menos huella de carbono deja.

Implicación de las administraciones

Pero para que un sector tan importante como el logístico pueda llevar a cabo todos estos cambios, los gobiernos deben colaborar. ¿Cómo? Con planes de logística urbana sostenible que promuevan la movilidad cero emisiones; pero también, por ejemplo, incentivando la compra de vehículos no contaminantes. Son solo algunas de las muchas ideas que apuntan los expertos.