Cada 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo. El lema de este año guardaba un mensaje muy potente: «Los suelos, origen de los alimentos». El suelo agrícola es la base de una nutrición completa: por eso es tan importante que se conserven perfectamente. Y aquí llega un concepto que no deberíamos olvidar: el de hambre oculta.

El hambre oculta o lo que esconde un suelo agrícola empobrecido

Al igual que las personas necesitamos de nutrientes que nos sirvan para mantener una dieta equilibrada, el suelo agrícola también precisa de alimentos. Aunque pensamos en el suelo como algo inerte, lo cierto es que está plagado de organismos vivos. En una sola cucharada de suelo hay más microorganismos que personas en el planeta. Impresiona, ¿verdad? Pues bien, estos seres necesitan vivir en un entorno saludable para que la tierra sea fértil.

El problema del suelo agrícola de unas décadas a esta parte es que la concentración de micronutrientes ha descendido drásticamente. Vitaminas, minerales, etcétera, escasean cada vez más, lo que hace que alrededor de un tercio del planeta sufra déficit de micronutrientes. Esta carencia es conocida como hambre oculta. Y se llama así porque detectarla es muy difícil.

Por tanto, un suelo agrícola pleno de nutrientes y recuperado, se convierte en uno de los grandes retos a nivel mundial. Concienciar a la población a este respecto ha construido el lema del Día del Suelo 2022. Sin suelos sanos no hay comida sana. Y al revés: un suelo contaminado degrada aún más el medio ambiente.

¿Cómo inciden los nutrientes en las plantas?

Las funciones son casi infinitas, pero las más destacables son:

  • Promueven el crecimiento de los vegetales.
  • Mejoran su resistencia al clima adverso (frío).
  • Ayudan a las plantas a ser más resistentes a las enfermedades. 
  • Ayudan a formar las semillas y mejora su calidad.
  • Participan en el sabor del fruto y aceleran su madurez.
  • Promueven el crecimiento y la formación de las raíces.
  • Las hace más eficientes a la hora de consumir agua.
  • Ayudan a su reproducción.

¿Cómo afectan al ser humano?

Los nutrientes en las personas:

  • Son vitales en las funciones cerebral y muscular. 
  • Fortalecen el sistema inmune. 
  • Colaboran en la actividad nerviosa y muscular.
  • Participan en los procesos digestivos.
  • Ayudan a transportar oxígeno hasta los tejidos.
  • Son componentes de nuestro ADN, ARN y sangre.
  • Son fundamentales para el sistema reproductor: sin ellos el desarrollo fetal sería inviable.
  • Claves en la formación de las proteínas.
  • Vitales en la coagulación de la sangre y la regulación de la presión sanguínea.

¿Qué podemos hacer?

La degradación del suelo agrícola es un gran problema que, en esencia, deben abordar los Estados. Pero hay pequeños gestos con los que podemos contribuir a su recuperación, a tener suelos más fértiles.

  • No arrojar basura. Si ves plástico, vidrio, etcétera, sobre algún suelo agrícola, retíralo.
  • Airear el suelo, esencial. Si tienes un pequeño huerto, evita la compactación del suelo. Un suelo compactado impide la entrada de oxígeno, necesaria para que las plantas hagan sus funciones.
  • Promover la agricultura ecológica. Esto es, la que no sobreexplota el suelo. Lo podemos conseguir como consumidores, optando por productos ecológicos que respetan la tierra.
  • Alimentar los suelos con materia orgánica. Desde el compost casero con el que abonar tus plantas hasta las medidas de los pequeños agricultores en el mismo sentido: todo suma.