Desde que Internet llegó a nuestras vidas allá por los años 90, el protocolo HTTP ha ido cambiando. Se puede hablar de generaciones en el mundo web: la web 1.0, la web 2.0 (que vendría a ser la que opera actualmente) y la próxima web 3.0. ¿Cómo será esta web 3.0, en qué se diferenciará de la actual y cómo nos afecta?

Las otras dos generaciones web

Web 1.0

La web 1.0, fue el primer estado de la World Wide Web. En realidad se parecía mucho a los medios de comunicación tradicionales: solo se podía leer y buscar contenido en ella, pero no se podía subir contenido si eras un usuario común ni mucho menos interactuar. Era unidireccional y, visto con los ojos de hoy, bastante primitiva.

Web 2.0

Es lo que conocemos como web social y, de hecho, es la web en la que nos movemos en la actualidad. Son aquellos sitios web (la inmensa mayoría en la actualidad) que no solo aportan información, sino que interactúan con los usuarios y permiten subir contenido.

Estamos, por tanto, ante un modelo de web en el que los usuarios están en el centro y no la información. Un usuario estándar puede subir contenido y formar parte de comunidades. Entre ellas, las distintas aplicaciones, las redes sociales, las plataformas de alojamiento de vídeos, enciclopedias como Wikipedia, blogs, etcétera.

Características de la web 3.0

La web 3.0 aún no está implementada. Con matices, claro. Ya existen algunas pinceladas de lo que está por venir, como vamos a ver. Pero en primer lugar, ¿qué es exactamente esta web 3.0? Pues se trata la próxima generación de servicios de Internet, donde todos los datos estarán interconectados y donde las máquinas también van a poder interactuar. En definitiva, será una inmensa base de datos a la que poder acceder fácilmente.

Inteligencia artificial

La llegada de este nuevo sistema computacional, que imita a la inteligencia humana, será una de las claves para entender la próxima web 3.0. De hecho, una parte de esta nueva web ya la vemos en el Internet de las cosas, con sistemas como la domótica, Siri, Alexa, etcétera, que combinan inteligencia artificial y reconocimiento de voz.

Big data

Como se ha mencionado antes, la web 3.0 aspira a ser una enorme base de datos en la que, por supuesto, el big data es parte esencial de su construcción. Sin embargo, las cuestiones que conciernen a la privacidad y seguridad invitan a ser prudentes hasta que se consolide un sistema que resuelva esto.

Basada en el blockchain

Aunque tendemos a asociar el blockchain o cadena de bloques con las criptomonedas, abarca muchísimos más campos: almacenamiento en la nube, identidad digital, cadenas de suministro… En definitiva, es un sistema que, en principio, invita a la transparencia en ciertos procesos y que parece generar mucho interés más allá de cuestiones puramente económicas.

Abierta al metaverso

El metaverso, ese híbrido entre lo real y lo virtual, va a precisar de otro modelo web, es decir, de la web 3.0. De hecho, web 3.0 y metaverso llegan a estar tan estrechamente vinculadas que hay quienes confunden ambos términos.

Más segura y fiable

Este es otro de los objetivos que se persiguen con la web 3.0: que sea más segura, que se navegue a mayor velocidad, que sea más fiable y que el usuario tenga más control sobre ella.