Es un dato muy triste pero muy real: la principal causa de muerte de niños entre los 10 y los 19 años son los accidentes de tráfico. Por muy bien que se conduzca y por mucho cuidado que se tenga al volante, nadie está libre de sufrir un incidente en la carretera. De ahí que velar por la seguridad de los niños en el coche sea tan importante.

Seguridad infantil en el coche

Cuando se produce un accidente de tráfico, las lesiones en los niños pueden ser muy graves. Hasta los dos años, suelen ser de cuello, generadas por la fragilidad de la columna vertebral, mientras que entre 2 y 4 años se producen en la cabeza, debido a que las vértebras no son lo suficientemente fuertes como para aguantar una desaceleración brusca. 

En el tramo de edad de los 4 a los 10 años, las lesiones se concentran en el abdomen, lo que se traduce en riesgos de sufrir hemorragias internas, ya que los niños no tienen los órganos bien fijados a la pared abdominal por su edad.

Los niños con altura igual o inferior a 1,35 metros deben utilizar siempre un sistema de retención homologado y adaptado a su peso y altura. El uso de sistemas de retención infantil, según la Dirección General de Tráfico, reducen en un 75% las muertes y en un 90% las lesiones de los niños en caso de tener un accidente circulando en carretera.

Sistemas de retención infantil

Las sillas de seguridad para niños deben llevar una etiqueta de homologación que garantiza que cumplen los requisitos de seguridad establecidos por la normativa europea. La ECE R44/04 regula los sistemas de retención infantil mediante grupos de edad. Por su parte, la norma “i-Size” garantiza mayor seguridad frente a impactos en colisiones laterales y frontales, al tiempo que amplía el tiempo de viaje del niño en sentido contrario a la marcha. Ofrece una mayor probabilidad de anclaje correcto. 

Antes de adquirir un sistema de retención infantil debemos comprobar que sea el adecuado para la edad de nuestro hijo y nuestro vehículo. También es importante valorar si se adapta bien y es cómodo. 

Hay dos maneras de fijar la silla al vehículo: mediante el cinturón de seguridad, que es algo más engorroso, y mediante el sistema Isofix, el más recomendado ya que reduce la posibilidad de que lo coloquemos de forma incorrecta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los coches más antiguos pueden no llevar incorporado este sistema. 

Tipos de sillas

Existen diferentes grupos, en función de los kilogramos que pese el niño y su estatura. Son los siguientes:

  • Grupo 0 y 0+ (recién nacidos hasta 13 kg. aproximadamente): Esta sillita de coche para bebé debe utilizarse siempre en sentido contrario a la marcha. Los asientos delanteros se utilizarán en casos excepcionales. Estas sillas se suelen utilizar hasta los 18 meses aproximadamente. 
  • Grupo 1 (de 9 a 18 kg. aproximadamente): se fija al asiento mediante el cinturón de seguridad o Isofix. El niño queda sujeto mediante un arnés de cinco puntos. Estas sillas se suelen utilizar desde 1 año hasta los 4 años aproximadamente. 
  • Grupo 2 y 3 (de 15 a 36 kg.): asientos y cojines elevadores, que funcionan hasta que el niño alcanza la altura necesaria para utilizar el cinturón del vehículo. El cinturón de seguridad para niños nunca debe ir sobre el estómago del pequeño. Estas sillas se suelen usar desde los 4 a los 12 años aproximadamente.
  • A partir de 135 cm: los menores de 12 años o niños a partir de 135 cm. pueden utilizar los cinturones del vehículo, pero hasta los 150 centímetros es recomendable que sigan utilizando un cojín elevador con respaldo. Este alzador para niños se suele usar para mayores de 12 años.

Recomendaciones y conductas a evitar

Cada vez que nos ponemos al volante tenemos la vida de nuestros hijos en nuestras manos. Por eso, conviene tener en cuenta ciertos aspectos:

  • Niños acompañados: si el trayecto va a ser largo y el niño no se entretiene por sí mismo, conviene que al lado del pequeño se siente un adulto que pueda ir interactuando con él para que esté tranquilo. De esta manera se quita al conductor la sobrecarga emocional y el estrés de oírle llorar. 
  • Cuidado con los objetos sueltos: en el coche no debe ir ningún objeto suelto, ya que, por muy inofensivo o liviano que parezca, puede convertirse en un auténtico proyectil que impacte en el cuerpo del niño.
  • Sentido contrario a la marcha: hay que colocar la silla el mayor tiempo posible en sentido contrario a la marcha. Nunca llevaremos al niño en brazos, ni utilizaremos nuestro cinturón para protegerle. 
  • Cinturón bien puesto: el cinturón debe anclar al niño en su asiento, pero sin que le oprima en exceso. Nunca, por muy corto que sea el trayecto, debemos dejar al niño sobre la silla sin ponerle el cinturón.
  • Nunca dejar al pequeño solo: un niño nunca puede quedarse solo en el interior de un vehículo cerrado. Y menos aún si el coche se encuentra a pleno sol. Un periodo de entre 30 y 60 minutos es suficiente para provocar la muerte de un niño de hasta 5 años por un golpe de calor. 
  • Cuidado en los trayectos cortos: en los trayectos no demasiado largos es cuando más nos confiamos y, sin embargo, cuando más ocurren accidentes.
  • Predica con el ejemplo: si el niño ve que lo primero que haces al entrar al coche es colocarte el cinturón de seguridad, seguramente tenderá a imitarte y haga de la costumbre un hábito.