Las emisiones de CO2 al medio ambiente son uno de los grandes retos del planeta, que busca reducirlos a través de diversas estrategias y cuyo marco de actuación definen los objetivos de desarrollo sostenible. El sector aeronáutico, al igual que otros medios de transporte, busca cómo descarbonizar el transporte aéreo. La respuesta viene en nombre de sigla: SAF.
¿Qué es el SAF?
SAF son las siglas de «sustainable aviation fuel», es decir, combustible sostenible de aviación. Dicho SAF se puede obtener mediante distintos procesos y procede de diversas fuentes. Por ejemplo, del aceite de cocina usado, mediante un proceso de hidrogenación. También puede obtenerse a partir de la madera o de otros residuos agrícolas. O de la caña de azúcar. Por último, el hidrógeno verde es otra fuente de obtención de SAF.
Qué le ahorra el SAF al planeta
Para ser SAF, este tipo de biocombustibles necesitan certificados emitidos por entidades sin intereses comerciales (y aprobados por la Organización de Aviación Civil Internacional).
- Para empezar, es una materia prima renovable (esto es, sus recursos son de fácil producción y no está previsto que se agoten).
- Puede evitar entre el 75 y el 100% de las emisiones de CO2 en términos de ciclo de vida (es decir, desde el momento mismo de su producción) si lo comparamos con el principal combustible que usan hoy las aeronaves.
- No solo reduce las emisiones de dióxido de carbono: también las de otras sustancias nocivas, como el azufre.
- Es sostenible desde el momento mismo de su creación, ya que los materiales que se usan son residuos (aceite usado, residuos agrícolas, etcétera) y tampoco se despilfarra agua.
- Los aviones los pueden usar ya (ya lo hacen muchos, de hecho) sin que sea preciso modificar los motores (es decir, también es sostenible en términos de generar nuevos elementos para el motor).
Objetivos 2030 y 2050
Los objetivos de uso del SAF que se ha marcado la UE son del 2% de uso en 2025, del 5% en 2030 y alcanzar el 70% en 2050. Sin embargo, las cifras que manejan algunas operadoras son aún más optimistas y se plantean la descarbonización total para dentro de 26 años.
El impulso a la economía de este novedoso biocombustible
España lidera hoy por hoy el uso de hidrógeno verde. Pero no solo eso. Esta fuente de energía, que puede crear SAF, puede generarse a partir de la energía solar.
Las grandes empresas de energía trabajan ya en ambiciosos proyectos de producción de hidrógeno verde. Esta es una de las patas sobre las que se sustenta la producción de SAF.
Pero las proyecciones de futuro son muy esperanzadoras. Según un estudio elaborado para varias compañías, desarrollar este combustible en España podría generar 56.000 millones de euros de aquí a 2050 y cerca de 300.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos contando con la creación de poco más de 30 plantas de SAF.
No solo eso: al ser productores, nuestro país se convertiría en exportador de esta energía, con todo lo que implica. Y también, puesto que gran parte de las materias primas que necesita el SAF se encuentran en el campo, podría suponer un impulso para la llamada España vaciada.