Abastecer de alimentos a todo el planeta es uno de los grandes retos mundiales. El punto 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es el «hambre cero», y dentro de este reto la agricultura es vital para lograrlo. La agricultura se mueve entre la tendencia al consumo de proximidad y la innovación tecnológica. En este contexto de innovación encontramos los alimentos transgénicos, que han creado una verdadera polémica. ¿Son de verdad tan malos? ¿Qué son exactamente? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de los alimentos transgénicos? Os contamos todo a continuación.
¿Qué son los alimentos transgénicos?
Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido modificados por la inserción, mediante ingeniería genética, de algún gen que mejore ciertas condiciones del mismo. Por ejemplo, un maíz que resista mejor la sequía.
A diferencia de la cría selectiva, la ingeniería genética implanta, sólo, aquellos genes que aportan rasgos deseados. En el primer caso se van seleccionando ejemplares mejores, pero en esas condiciones también pueden ir incluidas otras negativas. La tecnología de los alimentos transgénicos permite que solo se implante la parte que nos interesa de los mismos.
Ventajas y desventajas de los alimentos transgénicos
En torno a este tipo de alimentos se ha creado una discusión que incluye estudios científicos. Dichos estudios hablan de consecuencias terribles en los ensayos hechos, por ejemplo, en ratones. Sin embargo, también la ciencia ha desmontado estos estudios asegurando que hay manipulación de datos y fallos de base en el diseño de los mismos. No obstante, ¿qué se dice a favor y en contra de este tipo de alimentos?
Ventajas
- Las plantas son más resistentes. No solo a la sequía, como ya hemos visto, sino también a las enfermedades. Esto hace que se pierdan menos recursos y se pueda alimentar a un porcentaje mayor de población.
- Menor uso de pesticidas. Si tenemos plantas más fuertes, los químicos más tóxicos pueden reducirse o descartarse.
- Crecimiento más rápido. Se pueden insertar genes que permitan una mayor velocidad de crecimiento de estas plantas.
- Aumento de la producción. Al contar con semillas que crecen más rápido y menor necesidad de agua, fertilizantes, etcétera, podemos plantar más y satisfacer a un porcentaje mayor de la población.
- Reducción del hambre en el mundo (como consecuencia del punto anterior).
- La modificación genética puede impactar positivamente en la salud de los consumidores. Imaginemos, por ejemplo, un vegetal modificado para aportar mayor cantidad de micronutrientes.
Desventajas
- Existe la posibilidad de que dentro de esos cambios haya otros dañinos y/o inesperados.
- Posibles reacciones alérgicas o tóxicas en personas sensibles a este tipo de cambios.
- Problemas éticos que incluirían la mala praxis (es decir, la modificación genética de alimentos con fines indeseables).
Tal como indica Greenpeace, aún no hay estudios que certifiquen la seguridad de los alimentos transgénicos (tampoco al contrario). No obstante, hoy por hoy solo se cultiva en España un alimento transgénico. Se trata de un maíz, el MON810, destinado en exclusiva a alimentar al ganado. El asunto de los transgénicos sigue generando mucha literatura. De momento, habrá que esperar a que haya estudios más concluyentes al respecto.