Cada vez son más las metodologías de trabajo en equipo que se aplican en las compañías, una iniciativa que trae consigo una mayor productividad y motivación y un mejor ambiente de trabajo. Ya hemos hablado del método Agile, por ejemplo. Pues bien, esta vez vamos a abordar el design thinking o pensamiento de diseño. Si Agile surgió del entorno informático, el pensamiento de diseño se originó en los entornos creativos. Si Agile favorece la agilidad, como su propio nombre indica, el pensamiento de diseño hace un mayor hincapié en favorecer la creatividad en grupo. Vamos a ver en qué consiste esta manera de trabajar.

¿Qué es el pensamiento de diseño?

Se trata, como hemos dicho, de una forma de trabajar en grupo orientada a sacar el máximo provecho de la creatividad colectiva. Se hace marcando una serie de pautas para trabajar en grupo y se basa en estos principios:

  • Definición de roles de trabajo (cada trabajador tendrá una función muy específica y acorde a su perfil).
  • Delimitación de las distintas fases de trabajo.
  • Decisión de las pautas de comportamiento que contribuirán al desarrollo efectivo del proyecto.
  • Pensar en el usuario como centro de las decisiones (algo que comparten con el método Agile).
  • Repetir de nuevo el proceso tantas veces como haga falta (iteración).

El pensamiento de diseño está orientado a identificar problemas y desarrollar ideas y soluciones mediante la creatividad, y aquí se incluye prácticamente de todo: un dibujo, un esbozo, creación de prototipos, testeos, etcétera. El objetivo es resolver problemas poco definidos o retorcidos. A problemas sencillos se les aplican soluciones técnicas, que ya suele tener estandarizadas por un equipo, pero ¿qué hacer ante problemas más difusos? Se aplican métodos de razonamiento productivo y se adoptan estrategias cuyo fin es buscar soluciones igual de específicas.

Fases del pensamiento de diseño

Como es un método de trabajo, está perfectamente subdividido en fases. Son estas.

Definición del problema

Si se detecta un determinado problema o, simplemente, el equipo quiere facilitar la vida al usuario (o cliente), esta es la primera fase: definamos cuál es el problema.

Identificación de las necesidades

Aquí, el equipo desarrolla una de las ideas centrales del pensamiento de diseño: la empatía. ¿Qué necesita el cliente?, ¿qué no le satisface?, ¿cómo podemos ayudarle?. Hay distintos métodos para lograr conocer mejor al usuario, desde la simple observación hasta las entrevistas o las encuestas de satisfacción, entre otras.

Ideas

Esta es la fase más puramente creativa. Normalmente se darán procesos de brainstorming, y todo es bienvenido, papel, tijeras, rotuladores y demás materiales fungibles incluidos. Hay que dar rienda suelta a la imaginación y no dejar nada fuera. A veces, las ideas más prometedoras surgen de algunas aparentemente alocadas que se pusieron sobre la mesa.

Experimentación y prototipos

De la fase anterior tomamos las ideas que nos pueden servir y comenzamos a experimentar con ellas. La construcción de prototipos implica cierto feedback: el equipo debe testearlos e ir mejorando todo lo que sea mejorable.

Evaluación

Última fase, en la que se perfecciona el o los prototipos destinados a solucionar el problema.

¿Cómo empezar?

¿Quieres conocer más a fondo cómo implementar en tu empresa el pensamiento de diseño? Hay libros muy interesantes. Uno de ellos, en español, es Design thinking: lidera el presente. Crea el futuro, de Manuel Serrano y Pilar Blázquez. Otro es Diseñar el cambio: cómo el design thinking puede transformar las organizaciones e inspirar la innovación, de Tim Brown.