¿Has oído alguna vez hablar de la figura del mediador? Este perfil profesional es cada vez más habitual (y, en consecuencia, más demandado). En una sociedad como la nuestra, en la que la inmediatez se impone y deja poco espacio a la reflexión, los mediadores cobran especial relevancia. ¿Qué es un mediador, cuántos tipos de mediación hay? ¿Se puede estudiar para serlo? ¿Dónde? ¿Debe tener alguna cualidad especial? Intentaremos dar respuesta a todo.

¿Qué es un mediador?

Un mediador es, en esencia, un profesional que interviene para limar asperezas en un conflicto de cualquier naturaleza. Dicho de otro modo, un mediador es un facilitador: del diálogo, de la disolución de un problema y de la vuelta a la convivencia.

El mediador ayuda a identificar el problema, permite el diálogo sin que la tensión lo bloquee, actúa como correa de distribución de una conversación entre dos o más partes que, por un motivo u otro, se había encallado. Anima a las partes a ser resolutivas, a encontrar los puntos en común en lugar de agrandar los que distancian a las partes en conflicto.

¿Cuáles son las habilidades o cualidades que necesita tener un mediador?

  • Un mediador no puede juzgar lo que dicen los otros. Debe ser lo más neutral posible y buscar el canal de resolución del problema.
  • Saber escuchar activamente. El mediador va a necesitar, más de una vez, repetir literalmente lo que ha dicho alguna de las partes, por lo que no puede despistarse.
  • No ser propositivo en las soluciones. Aunque un mediador pueda ver clara la solución (no suele serlo; de ahí que sean necesarios), debe generar que sean las partes en conflicto quienes propongan. Él o ella están allí para ayudar a que los otros ofrezcan cómo terminar con las desavenencias.
  • Debe elaborar normas para el diálogo. Hay manuales de mediación que suele manejar, pero en cualquier caso, y antes de empezar, las partes deben acatar las normas que él proponga para que el proceso resolutivo llegue a buen puerto.
  • Debe empatizar con todas las partes, por complicado que a veces pueda parecer, y no inclinarse por ninguna.

Tipos de mediador

Hay numerosos tipos, según el problema que necesite solucionarse. Estos son los más comunes:

  • Mediador familiar. Seguramente muchos piensen en los terapeutas de pareja, pero no es el único tipo de conflicto que surge en el seno de una familia. Cuidados a los padres (e hijos que no se ponen de acuerdo sobre cómo abordarlos), herencias, hijos adolescentes y padres que no se entienden, etcétera.
  • Laboral. Puede surgir un problema entre un directivo y un trabajador o entre dos trabajadores, con respecto a las distintas visiones de cómo abordar un proyecto, por ejemplo.
  • Sanitario. Si hay un caso de potencial negligencia médica, una agresión de un paciente a un médico (o viceversa), un incumplimiento en alguna terapia… También en este ámbito son imprescindibles los mediadores.
  • Mediador escolar. Contribuye a suavizar las relaciones entre alumnos, profesorado y padres.
  • Vecinal. ¿No sería maravilloso que hubiera uno en algunas reuniones de la comunidad de vecinos?
  • Penal. No solo ayuda al condenado a interiorizar su nueva vida, sino que puede intermediar entre una víctima de un delito y quien lo ha cometido para encontrar un camino hacia la comunicación.

Dónde estudiar para ser mediador

El perfil más habitual es el de una persona con un grado en Psicología o en Derecho. También en Trabajo Social. Eso sí, para especializarse en mediación se suele estudiar un curso de especialización o un máster en Mediación y resolución de conflictos.

El mediador suele especializarse; por ejemplo, un mediador laboral a menudo suele ser un psicólogo laboral, y a su vez este puede no cumplir el perfil de, por ejemplo, mediador familiar, ya que los perfiles de las partes en conflicto son distintos.