A menudo hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se enmarcan dentro de la Agenda 2030. Dentro de ellos, el Objetivo Hambre Cero es una de las grandes prioridades, ya que las cifras alarman: alrededor de 690 millones de personas pasan hambre en el mundo, lo que viene a ser casi un 9% de la población. De ellos, según el Programa Mundial de Alimentos, alrededor de 135 millones se encontraban en situación de hambre severa en 2020. Debido a la situación actual, se estima que esta cifra podría haberse duplicado en la actualidad. En paralelo, la población mundial no para de crecer y el dato de personas que pasan hambre aumenta. ¿Cómo se puede llegar al hambre cero en 2030, tal como pretende la ambiciosa Agenda 2030?
«No dejar a nadie atrás»
La FAO promueve, cada 16 de octubre, el Día Mundial de la Alimentación, que comenzó a celebrarse en 1979. El lema de este año está necesariamente en consonancia con los ODS: «No dejar a nadie atrás». Es decir, si bien se estima que hay alimentos para todos, el problema está en el suministro, la disponibilidad y el acceso a esos alimentos por parte de millones de personas. La salud de todas ellas está en juego.
Medidas para alcanzar el Objetivo Hambre Cero
Más allá de los muchos comunicados, conviene bajar el problema a la tierra y saber qué se está haciendo o se pretende hacer con el fin de lograr el hambre cero. Estas son algunas de esas medidas:
- Promover el acceso a una alimentación sana de las personas en situación de vulnerabilidad.
- Duplicar de cara a 2030 la productividad agrícola y también los ingresos de los pequeños productores. Dentro de estos se priorizará, por una parte, a las mujeres y los pueblos indígenas; de otra, a los pequeños agricultores, ganaderos y pescadores.
- Fomentar las prácticas agrícolas sostenibles y que aumenten la capacidad de producción. La idea es que estas producciones protejan y mantengan los ecosistemas, y que sean resistentes a las catástrofes climatológicas mejorando la calidad del suelo.
- Promover la biodiversidad agrícola.
- Cooperación internacional encaminada a la mejora de las inversiones en infraestructura agrícola, pero también en investigación y tecnología (es decir, promover o introducir las prácticas de la agricultura 4.0) para aumentar la productividad en los países más atrasados en este aspecto.
- Controlar la volatilidad de los precios de los alimentos. La idea es tener un acceso directo y eficaz a la información de esos mercados con el fin de que la distribución y acceso de los mismos sea viable en todo el planeta.
Los hándicaps
Como decíamos, parece un objetivo extraordinariamente ambicioso. Por una parte, promover sistemas de avanzada tecnología en la agricultura choca con que dos terceras partes del planeta no tienen acceso a la electricidad. Unos 2.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable. El 75% de la diversidad de cultivos ha desaparecido desde 1900 a hoy: eso implica no solo dietas menos nutritivas, sino campos destinados a producir masivamente productos para los cuales la tierra no está preparada. Son muchos los obstáculos, pero también está puesto el empeño de la comunidad internacional en lograr que el hambre cero sea una realidad en unos años.