Normas ISO: ¿por qué son buenas para la sostenibilidad?

Nadie es ajeno alconcepto de normas ISO (en especial la norma ISO 9001, la más conocida). Cuando adquirimos un producto, lo recomendable es que esté sujeto a ciertas normas de calidad sin las cuales sería muy difícil, por no decir imposible, comercializarse. Entre ellas, las más populares son estas normas ISO. Aunque no son de obligado cumplimiento, lo cierto es que su adopción es mayoritaria. Y lo es, en primer lugar, porque facilita a las empresas el poder ser más competitivas. Pero también facilitan los famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así son y así contribuyen a la sostenibilidad.

¿Qué son las normas ISO?

En primer lugar, vamos a ver brevemente en qué consisten las normas ISO. Son normas orientadas a la buena gestión de una empresa. Dichas normas las establece el Organismo Internacional de Estandarización (conocido por sus siglas, ISO), y son una serie de estándares específicos que se pueden aplicar en cualquier tipo de empresa u organización. Este organismo se fundó en 1947 y actualmente opera en, prácticamente, todo el planeta. Su sede está en Ginebra y se trata de una organización voluntaria, pero cuyos miembros son reconocidos como autoridades en materia de normalización.

Algunas de las normas ISO ​más importantes

ISO 9001. Esta es, seguramente, la más implantada en el mundo. Obtener el certificado ISO 9001 garantiza que los productos o servicios de una empresa cumplen con un alto nivel de calidad, pero este también requiere un proceso de producción. Es, por decirlo de otra manera, la manera de comunicarle al consumidor que esa empresa cumple con unos estándares de calidad aprobados globalmente.

ISO 14001. Suele implantarse junto a la ISO 9001, y esta afecta directamente al cuidado del medio ambiente. Las empresas con un certificado ISO 14001 son organizaciones que velan por la sostenibilidad y cuidan los aspectos relativos al cuidado del planeta.

ISO 26001. Certifica la responsabilidad social de la empresa, de manera que mide la capacidad de esta para contribuir al desarrollo sostenible mediante un comportamiento transparente y ético. Al igual que las dos anteriormente mencionadas, proyecta además una imagen reputacional muy positiva.

¿Cómo contribuyen las normas ISO a la sostenibilidad?

Las normas ISO (hay muchísimas más) acompañan de manera directa a los tres pilares en los que se basan los ODS que marca la Agenda 2030. Estos son el económico, el social y el medioambiental. Algunos de los objetivos de dichas normas son:

  1. Mantener y alcanzar cada vez mayores niveles de calidad.
  2. Reducir costes y aumentar los niveles de productividad.
  3. Interpelar no solo a organizaciones privadas, sino también públicas (incluyendo los gobiernos de cada país).
  4. Mejorar los procesos de producción (siendo más eficaces y menos nocivos para el planeta).

En paralelo, estos son algunos de los ODS que más ligados van a la sostenibilidad de organizaciones y empresas:

  1. Salud y bienestar.
  2. Igualdad de género (actualmente, la UNE está trabajando en la norma ISO que se convertirá en el primer estándar mundial en este ámbito.
  3. Agua limpia y saneamiento (con múltiples normas; entre ellas, la ISO 46001).
  4. Industria, innovación e infraestructura (ligado, por ejemplo, a normas como la ISO 9001).
  5. Trabajo decente y crecimiento económico.
  6. Ciudades y comunidades sostenibles (algo a lo que ayudan normas como la ISO 14001).
  7. Producción y consumo responsables (a lo que contribuye, por ejemplo, la implantación de la ISO 26001).

En realidad, prácticamente todos los ODS guardan relación directa con alguna de las normas ISO. Por eso, adoptarlas en un organismo, ya sea empresarial o gubernamental, es garantía de que los servicios o productos que nos ofrecen caminan hacia un mundo más sostenible.