Cuando pensamos en los cambios que están por llegar, en esas nuevas tecnologías que van a transformar nuestro mundo, quizá no somos demasiado conscientes de lo que dependemos de las baterías del futuro, de cómo serán y de cómo van a evolucionar. ¿De qué nos sirve un móvil de última generación, un gran huerto solar o el mejor coche eléctrico del mercado sin unas baterías notoriamente mejorables?

En paralelo a los grandes avances, las baterías se convierten en el epicentro de la revolución tecnológica. Estas son las claves de las baterías que están por venir.

Las cinco claves de las baterías del futuro

Más ecológicas

Este es, seguramente, uno de los grandes problemas que toca resolver. Las baterías, en especial las de los móviles, se degradan a gran velocidad debido al uso al que las sometemos. Parte de sus componentes se pueden reciclar, pero eso es algo que está hoy en día lejos de popularizarse. Es imprescindible que, las baterías del futuro, se hagan a partir de materiales menos dañinos para el medio ambiente.

Componentes alternativos

La NASA está actualmente investigando con el grafeno para conseguir baterías de coche más eficientes. De hecho, son más ligeras y presentan un menor riesgo de inflamabilidad. También se investiga con materiales como manganeso, sodio, silicio o vanadio. La cuestión es que el litio comenzará a escasear y esto es un gran hándicap al que hay que dar respuesta.

Estará presente la nanotecnología

La nanotecnología, entre otros muchos campos, abarca el de la creación de nuevos materiales (o de la modificación de los ya existentes a escala atómica para poner o quitar moléculas que mejoren estos). Por tanto, cabe la posibilidad de que esta ciencia influya definitivamente en las baterías del futuro.

Mayor autonomía

Si bien con los móviles hay opciones para recargar en múltiples lugares cuando estamos fuera de casa, el tema de los coches es más peliagudo. Por una parte, los puntos de recarga aún escasean. Por otra parte, la autonomía que ofrecen hoy por hoy las baterías de los automóviles eléctricos complica mucho invertir en movilidad sostenible.

Las baterías del futuro, en particular las de los coches, necesitan, por fuerza, aumentar su autonomía. Hoy están en torno a los 300 kilómetros. Para que tuvieran una duración mayor, con la tecnología actual solo cabe hacerlas más grandes. Y esto afecta al peso del coche, entre otras cosas. Este es otro de los retos para los investigadores.

Más seguras

Sin duda, el tema de la seguridad es un asunto mayor. Aunque no es frecuente, se dan casos de incendios en coches eléctricos. La marca Tesla, por ejemplo, ha registrado varias combustiones aparentemente espontáneas. Se debe, según los expertos, a cortocircuitos. Pues bien, las baterías del futuro serán por fuerza más seguras.

No solo por lo obvio (evitar riesgos), sino también por cuestiones que atañen a la sostenibilidad: si para apagar un incendio en un coche tradicional se pueden emplear alrededor de 2.500 litros de agua, para acabar con el fuego en uno eléctrico (el Tesla, por ejemplo) se precisa diez veces más cantidad.