Cada vez existen más formas de movernos por las ciudades sin que esto suponga un perjuicio para el medio ambiente: las motos eléctricas son perfectas para pequeños desplazamientos, cada vez hay más bicicletas a disposición de los ciudadanos y los coches eléctricos van ganando terreno a paso lento -pero seguro- sobre los coches de gasolina.

Además, la micromovilidad es una de las apuestas fuertes por parte de las diferentes administraciones públicas, de forma que ya a nadie le sorprende encontrar una regulación para el uso de patinetes eléctricos en las ciudades, así como la adecuación de nuevos carriles para la circulación en bicicleta por las calles.

Todo esto apunta a un gran cambio, pero ¿llegaremos a conseguir una movilidad total de cero emisiones? ¿Qué supondría alcanzar este hito para las ciudades y sus habitantes? Nos adentramos en un futuro donde usamos energías limpias para movernos por las ciudades: el futuro es de la movilidad cero emisiones.

MOVILIDAD CERO EMISIONES: CADA VEZ MÁS CERCA

Aunque todavía estamos lejos de alcanzar ese deseable punto en el que todo vehículo en circulación funcionará con fuentes de energía no contaminantes, el compromiso de los principales países -incluido el nuestro- para incentivar la movilidad cero emisiones es ya una realidad.

Los datos sobre la expansión de los vehículos eléctricos son esperanzadores: aunque su crecimiento es lento (las infraestructuras que se hacen necesarias son un importante limitador), lo cierto es que su avance está siendo continuado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el 5,4% de los coches vendidos en el año 2020 en la Unión Europea fueron eléctricos (con una subida de un 5% desde el año 2014); por otra parte, el 11,9% de los coches vendidos fueron híbridos (que usan una combinación de gasolina y batería eléctrica para funcionar). 

Si nos centramos en España, los datos sitúan al coche eléctrico o híbrido en un 1,8% del total de coches en circulación (con 562.000 unidades). Aunque puedan parecer unas cifras reducidas, estas demuestran el imparable avance de las opciones de movilidad de cero emisiones. Si esto lo unimos a la fuerte apuesta de la micromovilidad en las grandes ciudades, el futuro resulta realmente esperanzador tanto para las ciudades como para sus habitantes.

¿DE QUIÉN ES RESPONSABILIDAD ALCANZAR LA MOVILIDAD CERO EMISIONES?

Llegar a un punto en el que toda opción de movilidad genere cero emisiones es una tarea de responsabilidad conjunta entre las administraciones públicas, las empresas de los diversos sectores implicados (automoción, movilidad, transporte urbano…) y en última instancia, de los ciudadanos.

Pero ¿de qué forma y hasta qué punto llega la implicación de cada uno de estos agentes para un mundo de emisiones cero?

LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

La transición hacia una movilidad de cero emisiones tiene que superar un gran reto: la adaptación de las infraestructuras para los nuevos vehículos que usan fuentes de energía sostenibles para funcionar.

Por ejemplo, difícilmente se extenderá el uso del patinete eléctrico si las calles no son seguras para sus usuarios; tampoco seguirá creciendo la compra de coches eléctricos si no se facilitan los puntos de recarga necesarios para garantizar el suministro de energía a sus usuarios, o si no se promueven ayudas públicas para incentivar su adquisición.

Precisamente para seguir impulsando la movilidad cero emisiones, las principales ciudades ya están planteando medidas para facilitar su adopción a los ciudadanos. Un ejemplo son las ayudas de la Comunidad de Madrid, donde se ofrecen descuentos en la compra de patinetes, bicicletas y motocicletas de batería eléctrica, entre otras medidas de ayuda a la movilidad cero emisiones.

LAS EMPRESAS DEL SECTOR

El papel del ecosistema empresarial resulta también decisivo para promover iniciativas de transporte bajo unos valores reales de sostenibilidad y de mejora del medio ambiente en las ciudades. 

Desde las empresas de micromovilidad (patinetes, coches y bicicletas eléctricas) hasta los fabricantes de automóviles, todas ellas deben apostar por el desarrollo de productos acordes a un futuro de cero emisiones. Un buen ejemplo en el ámbito de la automoción es el de Toyota, que bajo su visión Beyond Zero sigue siendo el referente en la comercialización de coches híbridos eléctricos, híbridos enchufables, eléctricos de batería e híbridos eléctricos de pila de combustible de hidrógeno. 

POR ÚLTIMO, LOS CIUDADANOS

Nada de lo que las administraciones o las empresas propongan en favor de la sostenibilidad va a tener un efecto positivo sobre el objetivo de alcanzar una movilidad de cero emisiones si los ciudadanos no adoptamos en primer lugar las diferentes opciones de movilidad sostenible dentro de nuestro día a día.

Por ejemplo, optando siempre que sea posible por una movilidad activa; eligiendo las opciones de transporte de bajas emisiones (desde la bicicleta de toda la vida hasta la moto eléctrica); incluso optando por el carsharing para los desplazamientos cortos dentro de nuestra ciudad. 

En resumen, la movilidad baja en emisiones contaminantes es un reto para todos, pero cada vez estamos más cerca del objetivo. Y tú, ¿practicas la movilidad cero emisiones?