Las soft skills o habilidades blandas son un conjunto de cualidades o rasgos propios que, a diferencia de las hard skills o habilidades duras, tienen que ver más con la personalidad que con las competencias adquiridas por la formación y la vida laboral.

¿Qué son las soft skills?

Las soft skills son las cualidades personales que resultan beneficiosas a la hora de desempeñar nuestras labores profesionales, al margen de que poseamos las competencias técnicas que nos permitan llevarlas a cabo.

Normalmente estas habilidades tienen que ver con cómo es capaz de relacionarse una persona en un medio. Es decir, cómo actúas como individuo con los demás y de qué manera te enfrentas a los desafíos. Se dividen en:

  • Interpersonales
  • Sociales
  • Técnicas

Estas habilidades blandas, aunque no llegan a ser fácilmente cuantificables y medibles, son cada vez más valoradas por las organizaciones que, a la hora de seleccionar personal, tienen que realizar un cribado de currículums de personas con una formación muy similar. De este modo, las soft skills se convierten en un elemento diferenciador y de valor añadido.

¿Por qué son importantes las habilidades blandas?

Las habilidades blandas de una persona son importantes porque pueden constituir la contribución individual de un profesional al éxito de una organización. De nada vale contratar a una persona con numerosas habilidades duras o conocimientos adquiridos, si luego no es capaz de desarrollar un buen trabajo en equipo, hacer una correcta toma de decisiones o liderar un proyecto.

Las soft skills son transversales a cualquier carrera y nos permiten destacar como buenos profesionales, comunicando correctamente, solucionando conflictos, manteniendo la motivación, sabiendo realizar una escucha activa o desenvolviéndonos ante las adversidades, entre otros aspectos.

Un trabajador con unas marcadas habilidades blandas tiene más posibilidades de ascender en el entorno laboral y ser promocionado a puestos directivos o de liderazgo porque encajará mejor con lo que la organización espera de él.

¿Cuáles son las soft skills más demandadas?

Cada persona es diferente y tiene características distintas. Sin embargo, alguna de estas habilidades sociales o de comunicación, actitudes, rasgos de personalidad, pensamiento crítico, escucha activa o inteligencia emocional son muy bien valoradas por las organizaciones.

Entre las habilidades blandas mejor consideradas en el mercado laboral se encuentran:

  • Comunicación: saber expresarse claramente en público y tener un correcto dominio de la comunicación escrita. También ser capaz de realizar una escucha activa y explicar las ideas con detalle y convicción.
  • Flexibilidad y adaptabilidad: adaptación a los cambios y a los nuevos entornos, y la predisposición de seguir aprendiendo para acometer nuevas tareas. Tendencia a salir de la zona de confort para dar lo mejor de uno mismo.
  • Educación y personalidad amable: ser capaz de actuar bajo el respeto y utilizar fórmulas de cortesía. Saber escuchar y dejarse orientar contribuye a una rápida solución de los problemas.
  • Integridad: trabajo desde la honradez, la sinceridad y unos elevados valores morales.
  • Actitud positiva: optimismo, entusiasmo y ser capaz de crear un buen ambiente laboral.
  • Habilidades interpersonales: empatía, sentido del humor, sociabilidad, autocontrol, calidez humana, etc.
  • Responsabilidad: terminar el trabajo a tiempo, autodisciplina, sentido común y fiabilidad.
  • Actitud ante el trabajo: buena apariencia, puntualidad en las horas de entrada al trabajo y a las reuniones, dedicación, motivación y disponibilidad.
  • Trabajo en equipo: cooperación con los compañeros, ayudar y animar al resto del equipo y ser agradable.
  • Creatividad: capacidad de aportar la mejor solución en la resolución de problemas y canalizar nuevas maneras de resolver las situaciones para alcanzar el éxito.
  • Ser organizado: trabajar con meticulosidad y saber hacerlo por objetivos. Planificación y ejecución efectiva de tareas y proyectos.
  • Pensamiento crítico: capacidad de usar el razonamiento y la experiencia pasada, así como la investigación orientada a la comprensión y resolución de problemas del día a día laboral.
  • Habilidades sociales y de automotivación: habilidad para transmitir entusiasmo, actitud positiva y motivación al resto del equipo.
  • Comunicación interpersonal: saber intercambiar ideas, gestionar conflictos y comunicarse con confianza. En este sentido, también es muy importante dominar el lenguaje no verbal y la imagen proyectada.
  • Inteligencia emocional: no solo la capacidad para identificar y manejar emociones propias, sino también las del resto de compañeros.

¿Cómo demostrar que posees habilidades blandas?

La entrevista de trabajo es básica para demostrar que eres un trabajador con las soft skills que requiere el puesto. No es que sea necesario que poseas una larga lista de habilidades blandas, sino una combinación de las mejores para desempeñar la labor profesional que te corresponde.

La mejor manera de reflejar que tienes soft skills es poder acreditarlo, aunque sea de manera implícita. La formulación de la solicitud de trabajo, por ejemplo, puede reflejar si eres una persona sociable y abierta. La presentación del curriculum, si eres creativa. Haber compaginado estudios y trabajo puede demostrar que tienes una alta tolerancia al estrés y una alta capacidad de resolución de problemas. Y si has hecho voluntariado puede implicar que posees un alto grado de automotivación. 

De la misma manera tus aficiones pueden reflejar algunas soft skills, como la facilidad de trabajar en equipo. Hasta tu fotografía, si la incluyes en el currículum, puede hablar de ti y de tus posibles habilidades sociales.

Las soft skills son muy bien valoradas en el entorno laboral. Según el perfil del trabajo adquirirán más importancia unas u otras, mientras que en las entrevistas de trabajo valorarán algunas habilidades blandas determinadas o una combinación específica de éstas. Lo mejor es contar con un amplio abanico de soft skills que te permitan trabajar de una manera eficiente y desarrollar tus funciones de una forma efectiva.