El medio ambiente nos deja datos sorprendentes. Uno de ellos, por ejemplo, es que el oxígeno que se libera a la atmósfera proviene, en su mayor parte (se calcula que entre un 50 y un 85 por ciento), de los océanos y no de los bosques, como cabría esperar. De esto tiene la culpa, principalmente, el fitoplancton; en concreto, las diatomeas. Tan es así, que hoy están usándose fuera del mar, como vamos a ver.

Las diatomeas, microorganismos increíbles y versátiles

Se calcula que el fitoplancton es capaz de hacer desaparecer en las profundidades de los océanos alrededor de 10 gigatoneladas de carbono que proceden de la atmósfera. Este proceso fotosintético es, sin duda, un verdadero pulmón para el planeta, más aún en un momento en el que reducir la huella de carbono es prioridad absoluta.

Pues bien, la inmensa mayoría del fitoplancton está formado por diatomeas. Estas algas unicelulares tienen a su vez alrededor de veinte mil especies vivas en la actualidad, y constituyen el principal alimento de las especies acuáticas (colonizan todo tipo de aguas, dulces y saladas). Sobreviven a cualquier temperatura, incluidas las heladas aguas de los polos Norte y Sur.

La pared orgánica de estas microalgas está compuesta de silicio, que forma su exoesqueleto. Este dato, como vamos a ver enseguida, no es menor. Y en parte de aquí procede su importancia.

Cómo se forma la tierra de diatomeas

Las diatomeas se consideran los primeros organismos que habitaron nuestro planeta. Es decir, hay restos de diatomeas que tienen miles de millones de años. Sus exoesqueletos han ido acumulándose en distintos estratos de tierra y han dado lugar, con el tiempo, a la diatomita, es decir, a la tierra de diatomeas.

En lugares donde, mucho tiempo atrás, hubo agua, hay tierra de diatomeas. El contenido en silicio y calcio de las diatomeas hace que su tierra sea blanca.

Así se usa en cultivos

Y llegamos, por fin, a la importancia que tiene en los cultivos. En primer lugar, es completamente biodegradable, lo que hace que su uso sea compatible con la agricultura sostenible, puesto que disminuye el impacto en el medio ambiente y produce cultivos libres de químicos. ¿Para qué se utiliza?

  • Como fertilizante. El silicio que forma parte de su composición es un nutriente muy beneficioso para la tierra, pero también aporta otros micronutrientes (calcio, aluminio, magnesio, hierro, potasio…). Además, facilita la absorción de todos los nutrientes y mejora la aireación y esponjosidad del suelo. Por último, ayuda a mantener la tierra húmeda.
  • Como insecticida natural. De nuevo, el exoesqueleto de las diatomeas resulta esencial. Su elevado porcentaje en minerales hace que insectos como la cochinilla, la mosca blanca e incluso la araña se deshidraten al entrar en contacto con la tierra. Los expertos aseguran, además, que su efectividad es mayor a la de otros insecticidas ecológicos o químicos.

Otros usos

Sus principales beneficios en la tierra de cultivo son igualmente idóneos en la vida de mascotas como perros y gatos: mezclada con su comida aporta nutrientes y sirve de desparasitante natural, y espolvoreada en el pelo de estos sirve para eliminar posibles plagas de pulgas o garrapatas.