Cloud significa “nube”. Si hablamos de informática, este término se refiere a los servicios de computación ofrecidos a través de Internet. Algo que estamos habituados a utilizar, tanto a nivel particular como de empresa, a través de Gmail, YouTube, Amazon Web Services, Google Drive o Dropbox.

La computación en la nube o cloud computing es una tecnología que permite el acceso remoto a softwares, almacenamiento de archivos y procesamiento de datos por medio de Internet. Una alternativa a la ejecución en un ordenador personal o un servidor local, donde no hay necesidad de instalar aplicaciones.

 

Origen del cloud computing

El concepto de nube se refiere al almacenamiento de datos fuera de nuestros dispositivos. Sus orígenes se remontan a los años 60 y se centran en Joseph Carl Robnett Licklider, quien se atrevió a soñar con un mundo interconectado, donde se pudiera acceder a programas y datos desde cualquier lugar.

El término cloud computing, sin embargo, se le atribuye a John McCarthy quien propuso la idea de computación como un servicio público. Pero, no fue hasta la llegada de Salesforce en 1999, cuando se popularizó el mercado de computación en la nube o cloud computing, que Internet empezó a ofrecer un ancho de banda significativo.

Salesforce fue el primer servicio empresarial en ofrecer aplicaciones de negocio en un sitio web y, por lo tanto, fue pionera a la hora de ofrecer esta posibilidad a pequeñas, medianas y grandes empresas.

 

Cómo funciona el cloud computing

La computación en la nube utiliza una capa de red para conectar los dispositivos de los usuarios, como smartphones, ordenadores o accesorios portátiles, a recursos centralizados en el data center.

Esta solución tiene como uno de sus principales propósitos evitar problemas a las empresas, como puede ser tener que pagar por el mantenimiento de la infraestructura de los servidores o a un equipo de profesionales especialistas interno o externo.

 

Tipos de cloud computing

Hoy en día podemos encontrar varios tipos de cloud computing: la nube privada, la pública, la híbrida y la comunitaria.

  • Nube privada: atiende a una organización, que tiene su propia nube de servidores y software sin un punto de acceso público.
  • Nube pública: cuando la infraestructura está abierta al público general. De esta manera, diversas empresas pueden usarla de manera simultánea, aunque separadamente. El proveedor de la nube es el responsable de su seguridad y mantenimiento.
  • Nube híbrida: compuesta por dos o más infraestructuras de nubes distintas que permanecen como entidades únicas, pero unidas por una tecnología estandarizada.
  • Nube comunitaria: cuando diferentes empresas reúnen sus recursos en la nube para la resolución de un problema que afecta a todas.

 

Beneficios del servicio de la nube en la empresa

Utilizar un servicio en la nube tiene múltiples ventajas y beneficios para la organización, entre ellas las siguientes:

  • Multiplataforma y flexibilidad en relación a datos e informaciones: se puede acceder desde cualquier lugar y desde varios dispositivos.
  • Bajo demanda: solo se necesita conexión a Internet, sin ser necesario tener a un profesional involucrado en la provisión del servidor o del almacenamiento en la red.
  • Es un servicio económico en lo referido a software, hardware y mantenimiento técnico.
  • Escalabilidad: fundamental para cualquier servicio empresarial.
  • Pool de recursos como servidores, almacenamiento de datos y solución de aplicaciones con buen mantenimiento, seguridad y fácil acceso.
  • El proveedor de computación en la nube es el responsable de asegurar que el proceso sea correcto e ininterrumpido.

 

Tres modalidades de uso

El concepto de nube informática es muy amplio, pero cuando las empresas optan por este servicio se refieren, habitualmente, a alguna de estas tres modalidades:

  • Software como servicio (SaaS): las aplicaciones están alojadas por una compañía o proveedor y puestas a disposición de los usuarios a través de una red, habitualmente Internet.
  • Plataforma como servicio (PaaS): conjunto de utilitarios para abastecer al usuario de sistemas operativos y servicios asociados a través de Internet, sin que sea necesario ninguna descarga o instalación.
  • Infraestructura como servicio (IaaS): tercerización de equipos para almacenamiento, hardware, servidores o componentes de red.

 

Lograr la mayor seguridad

Aunque la computación en la nube es extremadamente segura, si algo preocupa en el cloud es el tema de la ciberseguridad, ya que el hecho de que el almacenamiento de archivos se produzca de forma externa implica que se pierde el control sobre ellos. En términos de seguridad, implica un riesgo de exposición ante quien pueda desear acceder a la información con cualquier fin.

En cualquier caso, con la supervisión constante y la aplicación de protocolos de seguridad, la computación en la nube tiene la gran ventaja de ofrecer a las pequeñas y medianas empresas la misma protección de las organizaciones más grandes o con requerimientos más exigentes.

En este sentido, la computación en la nube tiene la capacidad de poner a todas las empresas al mismo nivel, independientemente de su volumen de negocio, lo que contribuye a la democratización de la aplicación de software corporativo. Es una de las grandes ventajas del almacenamiento en la nube que pone a disposición de las compañías recursos de computación a demanda, con fácil acceso, un buen mantenimiento y la seguridad necesaria.