En la constante búsqueda de innovaciones que contribuyan a metodologías industriales más sostenibles, la madera transparente se ha convertido en una de las opciones más prometedoras. Es decir, uno de los primeros materiales que usó el hombre (eso sí, con ciertas modificaciones). Pero ¿a qué tipos de procesos se somete a la madera para que tenga esa apariencia? ¿Por qué es sostenible y qué lugar viene a ocupar en la fabricación de productos? ¿Cómo surgió la idea de desarrollar este nuevo material? Conozcamos un poco mejor su historia.
Así se creó la madera transparente
En 1992, a Siegfried Fink, un botánico alemán, se le ocurrió un sistema que le permitiera ver cómo funcionan las plantas por dentro sin tener que diseccionarlas.
Aquel primer experimento solo tenía un interés científico. Sin embargo, la idea se rescató años después con otro fin: el de crear un material resistente y sostenible. Todos los experimentos surgidos desde entonces buscaban cómo eliminar la lignina (el pegamento vegetal que mantiene unidos los haces de fibras de las plantas y que les proporciona los tonos marrones del tronco). Este proceso de eliminación, sin embargo, deja la madera con un tono lechoso y opaco. Para generar esa transparencia, los tubos deben rellenarse con un material que permita pasar la luz.
Por tanto, los dos procesos a los que se somete la madera para hacerla transparente son, en este orden, sumergirla en una sustancia blanqueadora y, después, en una sustancia resinosa que le quite la opacidad.
La importancia de un proceso de fabricación sostenible
A lo largo de estos años el desarrollo de la madera transparente se ha encontrado con numerosos inconvenientes. Uno, el alto coste económico del proceso. Dos, el uso de numerosos productos químicos muy dañinos para el medio ambiente. Es decir, hasta ahora, no se había logrado encontrar un sistema sostenible para su fabricación.
Uno de los grandes problemas era encontrar un material sostenible que le quitara la lechosidad a la madera, ya que hasta ahora algunos de los productos empleados en los ensayos eran derivados del petróleo. Pero los científicos que trabajan en este proceso, entre los que se encuentra un equipo del Instituto Tecnológico de Georgia, podrían haber dado con la clave: un polímero derivado de los cítricos, completamente biológico.
En el proceso de blanqueamiento de la lignina también se está trabajando en el peróxido de hidrógeno, un producto que se emplea habitualmente en los tintes del cabello, y notablemente menos contaminante que los derivados del petróleo.
Las ventajas del nuevo material
Los desarrolladores de la madera transparente destacan dos características principales: una, su robustez. A la resistencia de la madera se une la del material resinoso con el que se logra que esta sea totalmente transparente. Por tanto, podríamos cambiar el vidrio de las pantallas de los dispositivos, mucho más frágil, por esta madera.
La otra gran ventaja es su capacidad aislante. A través del vidrio se escapan grandes cantidades de calor, lo que hace a este material poco sostenible en términos de ahorro energético. Por tanto, es plausible pensar que en en un futuro cercano las ventanas de cristal podrían ir siendo sustituidas por madera transparente. Sucede, además, que esta conserva su veta, por lo que le aporta, además, un toque decorativo.