Se podría hablar muchísimo sobre gamificación: qué tipos de dinámicas de juego son las más populares, qué tipos de jugadores existen o cuántas mecánicas se han desarrollado. Pero vamos a detenernos en otros aspectos de este concepto, que se popularizó a finales de la primera década de este siglo: cuándo y cómo surgió, qué beneficios aporta y, sobre todo, cuáles son las claves para que la gamificación logre su objetivo.

Definición e historia

Gamificación (o su versión en castellano, ludificación) es el uso de dinámicas de juego en aspectos que no son necesariamente lúdicos. Mediante el juego llegamos a los objetivos previstos, pero de una manera entretenida y reforzando la conducta para enseñar al jugador a solventar problemas. La gamificación es una técnica cada vez más utilizada en aulas y empresas, aunque las redes sociales también se sirven de técnicas de juego para aumentar la adhesión a una determinada marca mediante la participación.

Ludificar o gamificar es algo que existe desde hace mucho tiempo; sin embargo, el nacimiento de la web 2.0 y de las redes sociale, así como la expansión de los videojuegos, han hecho que este método se popularice e incluso sea objeto de estudio. Gracias a las redes sociales, la idea de comunidad se ha expandido y ha contribuido a la popularización de lo lúdico en entornos no lúdicos.

Aunque el término en inglés (gamification) se acuñó en 2002, no fue hasta finales de aquella década cuando se popularizó. Hoy, numerosas compañías y organismos utilizan técnicas de gamificación para aumentar la productividad, la fidelización o, simplemente, el conocimiento.

Algunos ejemplos de gamificación

Seguro que muchas personas conocen el uso de la herramienta Kahoot! en las aulas, o aplicaciones de aprendizaje de idiomas como Duolingo (la gamificación es especialmente útil en este sector). Determinadas empresas (por ejemplo, de viajes) utilizan la gamificación en sus programas de fidelización, y también dentro de las propias compañías. Muchas aplicaciones de deportes se apoyan en el juego. Insignias, subir de nivel, obtener recompensas…, son algunas de las estrategias empleadas.

Beneficios

Dependiendo de dónde se vayan a utilizar estos métodos, los beneficios que se buscan y obtienen son diferentes.

En las empresas, la gamificación aumenta la motivación del equipo, fomenta la creatividad y mejora la comunicación. También introduce nuevas dinámicas que pueden revertir en el desarrollo de determinadas habilidades útiles para el desempeño diario.

En las aulas, al hacer los contenidos más atractivos, mejora la motivación y favorece la autonomía en la curva de aprendizaje. Puede fomentar la cooperación y el trabajo en equipo, y permite al profesorado hacer un seguimiento de la evolución del alumno.

Claves para que la gamificación sea un éxito

Pero surgen dudas en la implementación de estas técnicas. ¿Y si se fomenta la competitividad mal entendida? ¿Qué ocurre cuando el fin es el juego en sí mismo y no el objetivo que se busca (aprender, cohesionar, motivar)? Por todo ello, es importante conocer las principales claves de la gamificación:

  • Que exista una progresión real.
  • Que genere esa sensación de progreso en el usuario mediante recompensas, avisos informativos periódicos, etcétera.
  • Que cree expectación.
  • Que resulte divertido.
  • Que desarrolle hábitos positivos.
  • Que ofrezca opciones de juego.
  • Que sea social (que genere una comunidad y no aísle a la persona).
  • Que sea motivador y lleve al usuario hacia la consecución del objetivo.
  • Que contenga, a poder ser, algún factor sorpresa.