Siguiendo con nuestro compromiso por promover la sostenibilidad, en esta ocasión nos adentramos en una de las energías renovables más sostenibles: la biomasa. Se trata de un tipo de energía procedente del aprovechamiento de la materia orgánica resultante de varios procesos, desde las talas de los árboles hasta los residuos orgánicos generados por las diferentes industrias. 

Entre sus principales beneficios está su alta disponibilidad y el bajo nivel de contaminación que genera. Pero aparte de estas ventajas, ¿qué más debemos conocer sobre la biomasa como fuente de energía sostenible? 

A continuación, te explicamos todo lo que debes saber sobre la biomasa, una de las fuentes de energía renovables con menos impacto en el medio ambiente.

¿QUÉ ES LA BIOMASA?

Lo primero que debemos saber es que la materia orgánica es aquella que proviene de fuentes naturales y puede aprovecharse como recurso energético no contaminante. Además, se trata de una fuente de energía renovable neutra, en lo referido a sus emisiones de CO2 y asequible a nivel de costes.

En realidad, el uso de la biomasa como fuente de energía no es nada nuevo. Al contrario, el ser humano lleva usando este tipo de residuos orgánicos desde hace cientos de años para tareas como cocinar los alimentos, calentar las viviendas e incluso para elaborar piezas de cerámica, por citar algunos ejemplos.

Las fuentes actuales de biomasa son muy diversas, tantas como existen recursos naturales que dejan un rastro de residuos orgánicos a sus espaldas. 

Los tipos de biomasa pueden dividirse según su procedencia de la siguiente forma:

  • Biomasa natural: piensa en la gran cantidad de residuos orgánicos que genera la propia naturaleza sin la intervención del ser humano. Las ramas caídas de los árboles en los bosques son un claro ejemplo de esta fuente de energía de origen natural y espontáneo.
  • Biomasa residual: en este segundo grupo encontramos aquellos residuos orgánicos que surgen a partir de la actividad humana, desde las aguas residuales (biomasa residual húmeda) hasta los recursos generados por las actividades de la industria alimentaria, tales como las cáscaras de los frutos secos, las podas de los árboles frutales, el serrín (biomasa residual seca), etc.
  • Cultivos para biomasa: en este tercer caso se trata de cultivos cuya única finalidad es generar biocombustible. 

¿CUÁLES SON LAS GRANDES VENTAJAS DE USAR BIOMASA COMO COMBUSTIBLE?

Las ventajas de usar biomasa como fuente energía no son pocas, pero de forma resumida podemos destacar las siguientes:

  • Es respetuosa con el medio ambiente: este es uno de los argumentos de peso para favorecer el uso de biomasa como fuente de energía. Dado que los residuos orgánicos no generarán más CO2 al ser empleadas para generar energía del que absorbieron durante su ciclo de vida, su aporte de este gas sería neutro.
  • Da una segunda vida a los residuos naturales: gracias al uso de la biomasa, diversos sectores industriales pueden aprovechar los residuos que generan de una forma útil. Se trata de un ejemplo más de las economías circulares pensadas para minimizar los residuos generados.
  • Incentiva la limpieza forestal: como en el caso de los bosques, el uso de los residuos orgánicos que estos generan promueve de forma activa su limpieza y mantenimiento.

En resumen, la biomasa tiene muchas aplicaciones y ventajas, aunque aún necesita una apuesta en firme para llegar a ocupar el puesto que se merece entre los principales recursos energéticos.