¿Has oído hablar de los chatbots? ¿Y del Chat GPT? ¿Sabes en qué consisten y para qué sirve cada uno? En este artículo vamos a tratar de desentrañar en qué consisten ambos.
Dos herramientas resultantes de la inteligencia artificial
Tanto los chatbots como el Chat GPT son programas basados en la inteligencia artificial, un elemento que está comenzando a cobrar suma importancia y que será decisivo en la nueva generación de webs. Los chatbots existen ya desde los años sesenta: el primer bot conversacional se llamó ELIZA, se creó en aquella década y generaba información previamente incorporada a su base de datos.
Qué es el chatbot
Es una aplicación de software que provee de respuestas a quien le pregunta. Ya hemos visto que no se inventó precisamente ayer, aunque la inteligencia artificial no tiene nada que ver con la de hace sesenta años. En la actualidad se utilizan en numerosas plataformas de atención al cliente, ya sean instituciones o empresas (bancos, tiendas online, etcétera). Su función es, pues, la de mejorar el servicio de atención al cliente, uno de los grandes retos del marketing digital. También se están implementando estos bots en el ámbito educativo (tutorías, acompañamiento al estudiante, motivación, auditoría de sus progresos, etcétera) y en el médico (incluyendo consultas psicológicas en línea).
El chatbot incorpora una serie de potenciales respuestas basándose en las preguntas más frecuentes que pueda hacerle un usuario y su grado de sofisticación va a depender del uso. No necesitamos el mismo para una consulta psicológica que para tramitar un pedido en línea, por ejemplo.
Chat GPT
Es, en esencia, un chatbot, pero a gran escala. Si un bot conversacional cualquiera tiene preprogramadas una serie de respuestas, el Chat GPT provee de prácticamente cualquier información que podamos encontrar en Internet.
Chat GPT (siglas de Generative Pre-trained Transformer, que significa “transformador preentrenado generativo”) se ha desarrollado por Open AI, una compañía investigadora de inteligencia artificial. Para crearlo, se ha ido entrenando con infinidad de datos sacados de la red. Por tanto, la principal diferencia entre un chatbot y Chat GPT es que este último cuenta con una cantidad de información muy superior a la de cualquier otro chatbot.
La segunda diferencia es que Chat GPT puede “escribirnos” incluso una redacción o un artículo tomando los datos que se le han ido introduciendo.
Además, se puede conversar con él en multitud de idiomas, no solo en inglés. Entre esos idiomas está el español.
Polémicas en torno al Chat GPT
Se ha hablado de que el Chat GPT podría sustituir a numerosos profesionales. Sin embargo, hay demasiados inconvenientes hoy por hoy:
- La información que da puede ser falsa. De hecho, ocurre a menudo: Chat GPT se alimenta de infinidad de páginas web, pero ignora la verosimilitud de lo que contiene.
- Asume que entiende a su interlocutor. Si un humano repregunta cuando no entiende, Chat GPT presupone que te ha entendido y responde.
- Es frecuente que incorpore frases sintácticamente bien construidas, pero incoherentes.
- Suele emplear construcciones innecesariamente extensas, que llevan a la confusión.
- Sus respuestas pueden contener sesgos (sexistas, xenófobos, etcétera) y, por tanto, resultar dañinas en potencia para el humano que conversa con él. Esto es imposible de filtrar, ya que toma información también de redes sociales, donde los usuarios se pueden comportar así.
En resumen, los chatbots incorporados en empresas pueden resolvernos algunas dudas, aunque cuentan con muchas limitaciones. Lo mismo sucede con Chat GPT, que puede ser una buena herramienta de uso doméstico, pero siempre supervisando y comprobando todos los datos. En ningún caso recomiendan los expertos utilizarlo en trabajos de cierta importancia, ya que puede ocasionar un grave daño reputacional.