Últimamente, el concepto de usabilidad se ha introducido en numerosos procesos de producción. Especialmente en aquellos que tienen que ver con el entorno tecnológico. Pero ¿qué es exactamente la usabilidad y por qué es importante que se tenga en cuenta a la hora de desarrollar páginas web, dispositivos electrónicos, etcétera?
¿Qué es la usabilidad?
«Usabilidad» es un término inglés que significa «facilidad de uso». Este concepto se puede extender a casi cualquier cosa, pero su uso se suele limitar a todo lo relacionado con lo digital. ¿Por qué? Pues porque a menudo, cuando se diseña una web, un ordenador, un móvil…, este tipo de entornos pueden caer más fácilmente en la falta de usabilidad (dificultad para navegar por un site, funcionalidades en un dispositivo electrónico, etcétera). Por lógica, un espacio en línea o un terminal móvil que son sencillos de usar (intuitivos, como se dice a menudo) tendrán más éxito entre sus usuarios. De ahí la importancia. Pero ¿qué otros motivos hay para favorecer la facilidad de uso de una web o de un instrumento tecnológico?
Motivos para potenciar la usabilidad
Hay una serie de principios que se tienen en cuenta a la hora de diseñar entornos o dispositivos y favorecer la usabilidad. ¿Por qué es tan importante? Os lo contamos:
Reduce la brecha digital
Imaginemos un entorno web fácil de usar frente a uno complejo. El primero facilitará el aprendizaje de la navegación en personas menos acostumbradas a su uso, como por ejemplo el colectivo de las personas mayores. Favorecer la usabilidad es reducir también la brecha digital.
Hace los productos más eficientes
Un producto (o web, o software) con un alto grado de usabilidad cumplirá más eficazmente su cometido y, en consecuencia, obtendrá una mejor valoración a la hora de recomendarlo a terceras personas.
Mejora la experiencia de usuario
Si para hacer funcionar algo empleamos demasiado tiempo en aprender cómo funciona, terminaremos aborreciendo ese algo. Dentro de los grandes principios del marketing moderno, la experiencia de usuario es una de las cuestiones en la que más hincapié se hace. No solo compramos objetos: compramos experiencias.
Es más competitivo
Si nuestro producto es útil, lo demandará más gente por su facilidad de uso y, en consecuencia, obtendremos una ventaja competitiva sobre otros productos similares.
Fideliza a sus usuarios
En línea con lo anterior, si tenemos un producto o servicio de manejo sencillo e intuitivo los clientes estarán satisfechos, no querrán cambiar de proveedor y los convertiremos en recomendadores. En el caso de las páginas web, además, reduciremos la llamada tasa de rebote (es decir, el comportamiento de un usuario que, harto de no saber navegar por el site, se marcha enseguida de él, algo muy perjudicial en términos de analítica).
Reduce costes
La Fundación SIDAR (Seminario Iberoamericano sobre Discapacidad y Accesibilidad en la Red) hace especial hincapié en este punto. Por una parte se reducen los costes de producción evitando rediseños y cambios posteriores; de otra, los de uso, ya que cuanto más usable es, por ejemplo, un software, menos estrés, esfuerzo y tiempo de aprendizaje le lleva a quienes lo necesitan para trabajar. Por último, los sistemas o entornos fáciles de usar requieren un menor mantenimiento y soporte para el usuario, por lo que también en este aspecto se reducen costes.