Después de años de un incierto -o cuando menos, poco sólido- maridaje entre las nuevas tecnologías y la sostenibilidad, por fin hemos visto comenzar a abrirse paso numerosos proyectos desarrollados bajo un compromiso claro por hacer que estos dos mundos convivan en armonía. Y aunque aún nos queda un largo camino para que referirse a la tecnología sostenible sea como hablar de comida japonesa en Japón -es decir, una simple redundancia-, las señales empiezan a apuntar en la buena dirección.
Si hasta el momento no habías reparado en la importancia que los países están dando a la sostenibilidad y a la protección de unos bienes comunes cada vez más escasos, échale un vistazo al programa de desarrollo sostenible publicado por la ONU y verás que muchos de sus objetivos conciernen directamente al desarrollo de las nuevas tecnologías: crecimiento económico sostenible, producción y consumo responsables o industria, innovación e infraestructuras son solo tres de los diecisiete objetivos definidos en su agenda hasta el año 2030.
En la era de las tecnologías digitales, la sostenibilidad presenta a las empresas y organizaciones la oportunidad perfecta para crecer cumpliendo sus objetivos de negocio sin por ello remar contra la corriente en términos de desarrollo de nuevas tecnologías que sean realmente sostenibles.
LA TECNOLOGÍA SOSTENIBLE EN LA ERA DIGITAL
La búsqueda de la diferenciación es la norma en cualquier compañía que quiera ocupar un puesto destacado en su mercado. Después de todo, las empresas han empezado a entender que sus negocios no deben ser una carrera para conquistar las carteras de sus clientes, sino para conquistar sus corazones para convertirlos en sus fieles embajadores.
Con una mayor preocupación de los consumidores por el uso de fuentes de energía renovables, por los procesos respetuosos con el medio ambiente y por la reducción de residuos contaminantes -por mencionar algunos ejemplos-, ¿qué más razones necesitan las empresas y organizaciones para adoptar el uso de tecnologías sostenibles por bandera?
LOS USOS PRÁCTICOS DE LA TECNOLOGÍA SOSTENIBLE
Igual que el Internet de las cosas o el Big Data, la Inteligencia Artificial es igualmente un gran ejemplo de la tecnología al servicio del bien común. Aunque algunas aplicaciones de esta última te resulten cada vez más familiares -si le has consultado algo a Siri en tu móvil podrás dar buena cuenta de estas tecnologías-, tal vez otras no lo sean tanto.
Por ejemplo, ¿sabías que existe, desde hace varios años un proyecto de polinización de plantas con drones en miniatura? Su objetivo: minimizar el impacto medioambiental de la fuerte reducción en la población mundial de abejas que hemos experimentado -o más bien, sufrido- en los últimos años. Cuando pensamos por un momento en el riesgo de perder esa miel tan rica en las tostadas de cada mañana, nuestra perspectiva del problema comienza a hacerse más presente.
Y no es el único caso. Otro ejemplo más de tecnología sostenible aplicada al sector de la pesca a gran escala está en la llamada pesca de precisión. ¿En qué consiste esta innovación tecnológica sostenible? Básicamente, en aplicar herramientas y tecnologías avanzadas para facilitar una mejor gestión de los recursos marinos en los mares y océanos del mundo. Su beneficio potencial para el ecosistema: elevar la biomasa total de peces al doble del nivel actual sin impactar negativamente en la industria pesquera.
SOSTENIBILIDAD: EL GRAN RETO DE LOS TIEMPOS EN QUE VIVIMOS
El desarrollo de tecnologías sostenibles es sin lugar a duda uno de los grandes retos a los que debemos hacer frente para no ir directos hacia el fin de los recursos de los hemos gozado durante una eternidad. Y si bien las tecnologías han desempeñado un rol decisivo para potenciar no pocos problemas (polución, desastres ecológicos diversos, pobreza en sus cotas más altas, etc.), también está en sus manos encontrar la mejor solución a estos.
Recordemos que los problemas derivados de los nuevos avances tecnológicos no van siempre asociados directamente a los productos que consumimos en sí, sino a la forma en que estos se producen a gran escala. Por ejemplo, un sistema de reciclaje a través de bolsas biodegradables no será tan sostenible si en el proceso de recogida se siguen empleando medios de transporte altamente contaminantes.
Dicho esto, ¿qué tipo de acciones pueden ayudarnos a minimizar el impacto negativo de las nuevas tecnologías -con todos los beneficios que éstas nos reportan- sobre nuestro entorno?
Por citar algunos ejemplos:
- Hacer un consumo más eficiente de los recursos disponibles.
- Dar un giro hacia las fuentes de energía alternativas.
- Promover el equilibrio entre los entornos rurales y urbanos.
- Valorar siempre soluciones naturales.
- Mejorar las cadenas de suministro.
- Minimizar los niveles de emisiones contaminantes.
En resumen, a medida que las organizaciones adquieran un compromiso en firme con el desarrollo de tecnologías sostenibles, los grandes problemas medioambientales y de desigualdad que nos rodean podrán, en el mejor de los casos, darnos un respiro. Puede ser un precio alto para dichas organizaciones, pero que reportará beneficios a largo plazo, principalmente en el bienestar de la población.