El Internet de las Cosas o IoT, por sus siglas en inglés, es un nombre que, al escucharlo repetidamente en los últimos años, se ha ido incorporando paulatinamente en nuestro vocabulario. Sin embargo, en muchas ocasiones las personas no saben exactamente qué es, o cuáles son las ventajas y desventajas del Internet de las Cosas en su día a día.

 

¿Qué es el Internet de las Cosas?

El Internet de las Cosas tiene su origen en el libro “Cuando las cosas empiecen a pensar”, publicado en 1999 por el investigador Neil Gershenfeld del Massachusetts Institute of Technology. Sin embargo, el concepto como tal nació en 2010 en referencia a todos los dispositivos conectados a Internet que tienen como objetivo recoger e intercambiar información, detectando el entorno y tomando decisiones en función de nuestras necesidades específicas y con el objetivo de ayudarnos en nuestra vida cotidiana.

Su antecedente fue el M2M o “máquina a máquina”, un concepto genérico referido al intercambio de información en formato de datos entre dos máquinas remotas y que surgió en una época en el que Internet no estaba tan desarrollado como hoy en día. En cuanto a las diferencias entre ambos conceptos, cabe destacar que el mecanismo de M2M engloba sensores sin intervención humana, mientras que en el Internet de las Cosas puede mediar el ser humano.

La tecnología IoT tiene múltiples aplicaciones, especialmente en el sector industrial, aunque también ha ido conquistando nuestros hogares a través de objetos cotidianos que nos hacen avanzar en una forma de vida conectada a la red, lo que tiene repercusiones en el hogar, la arquitectura, el interiorismo, el transporte, la publicidad o el diseño.

En este sentido, y en un mundo apoyado en el Big Data y la cantidad de datos que se manejan a diario, hoy no nos parece tan extraño estar rodeados de objetos capaces de detectar el entorno y hacer suya la toma de decisiones para ayudarnos en nuestra vida cotidiana. Esto provoca que sigamos avanzando como sociedad tecnológica y nos movamos en entornos cada vez más inteligentes.

 

Beneficios del Internet de las Cosas

Objetos tan cotidianos como electrodomésticos, vehículos, ropa o semáforos tendrán la capacidad de conectarse a Internet de manera mayoritaria en un futuro inmediato, cuando ya estamos alcanzando los 30.000 milllones de objetos conectados a Internet. Estas cifras suponen una mayor eficiencia, innovación y productividad en el mundo de los negocios, con nuevos modelos y oportunidades que responden mejor a las necesidades de los ciudadanos.

En cuanto al usuario, una de las grandes ventajas del IoT es el ahorro de tiempo. A nivel social encontramos una gestión automática y eficiente de las infraestructuras urbanas y un ahorro energético más eficiente, además de una mejora del urbanismo y el entorno, con menores gastos de recursos. En este sentido, la comunicación con el entorno es clave para que funcione la nueva sociedad digital. Y lo mejor es que esta información se encuentra al alcance de cualquiera que quiera hacerse con ella a través de la nube digital.

Por otra parte, el hecho de tener la información a nuestro alcance nos ofrece la posibilidad de contrastar distintos puntos de vista, además de mantenernos actualizados diariamente.

Además, la tecnología cada vez está más integrada en nuestra vida diaria con el IoT, traspasando la arquitectura o el diseño interior de las casas para englobar las Smart Cities o Ciudades Inteligentes, que nos proporcionan un entorno más avanzado, seguro y sostenible, a través de diferentes sistemas megaconectados.

 

Desventajas del Internet de las Cosas

Entre los inconvenientes del Internet de las Cosas destacan los siguientes:

  • La información no se encuentra cifrada, por lo que no nos ofrece un total control de los dispositivos.
  • Requiere de una inversión en tecnología.
  • Dependencia de las organizaciones que ofrecen estos servicios.
  • Reducción de la intimidad.
  • Brechas tecnológicas entre ciudades y en una misma sociedad.
  • El software no es totalmente seguro y puede ser hackeado.
  • Falta de compatibilidad, ya que el IoT no está estandarizado.
  • Desconocimiento de qué información es fiable y, por tanto, valiosa.
  • Generación de residuos.

Una vez puestas en una balanza las ventajas y desventajas del Internet de las Cosas cabe afirmar que, pese a que el IoT tiene algunos aspectos que mejorar, especialmente en aspectos orientados a seguridad, el IoT tiene muchas más ventajas que inconvenientes.