Segunda residencia: ¿nos la compramos o no? Esta pregunta se la hacen muchas personas que no terminan de decidirse sobre si adquirirla o no. Como en casi todo, hay muchos elementos que sopesar. Pero tiene numerosas ventajas: pensemos que, a lo largo del año, tenemos muchos momentos para disfrutar de ella.

Ventajas de tener una segunda residencia

Un lugar para tus escapadas (sin pensar en si habrá o no disponibilidad)

Lo más frecuente es, para aprovechar al máximo tu segunda residencia, comprarla más o menos cerca de tu vivienda habitual, aunque hay quienes buscan rincones algo más retirados para disfrutar más intensamente, aunque sea menos tiempo. En cualquier caso, no dependerás de hoteles ni apartamentos de alquiler: podrás ir cuando quieras.

Ideal para cambiar de ambiente

¿En un pueblecito cercano a tu ciudad? ¿En la costa, viviendo tú en interior? ¿En una isla? Sea donde sea, lo mejor de tener una segunda residencia es que cambias el chip. Incluso si tienes que seguir trabajando. El simple hecho de no tener las mismas rutinas, de estar en un espacio normalmente más amable, con menos ruidos y atascos, ya es motivo para animarse.

Perfecto si tienes niños, pequeños o mayores

Los peques son los que más agradecen contar con una segunda residencia. Normalmente hacen amigos allí, a los que están deseando volver a ver cada vez que regresan, y cuando van creciendo, crean lazos muy sólidos. Además, si el lugar elegido es tranquilo, suelen tener horarios más relajados y estar más controlados aunque tú no estés encima todo el tiempo.

Siempre tienes la posibilidad de alquilarla el tiempo que no estés

Por último, si no le das demasiado uso siempre puedes rentabilizarla alquilándola a terceros. Es una buena manera de reducir los gastos que conlleva la compra.

Es una inversión

Comprar vivienda, aunque su precio fluctúe, es una inversión que podrás recuperar si decides prescindir de ella. Es cierto que supone un gasto añadido todos los meses, tanto de hipoteca como de suministros, pero a cambio contamos con la posibilidad de disfrutar de un lugar para desconectar siempre que queramos.

Lo mejor: implementar medidas de seguridad para cuando no estáis 

Todo son ventajas pero conviene protegerla como haríamos con nuestro propio hogar, claro está. Por una parte, de posibles fugas de agua o cortes eléctricos (para lo que es interesante implementar medidas como estas) para no tener ningún susto que nos obligue a desplazarnos en el peor momento.

Por otra parte, necesitamos que nuestra segunda residencia esté vigilada en los periodos, a menudo largos, que no pasamos por allí. Sin duda, contar con algún conocido de la zona con quien tengamos confianza es un plus. Pero eso no siempre sucede. 

Por ello, contar con un sistema de alarmas específico para segundas viviendas como el que te ofrece Securitas Direct es el aliado perfecto para anticiparse a posibles riesgos. De este modo, siempre que volváis a pasar una temporada en tu otra casa, podréis hacerlo con la tranquilidad de que todo está en orden y bajo control.