En un momento en el que la crisis de la electricidad y el gas demanda nuevos impulsos para generar otras fuentes de energía más limpias, baratas y sostenibles, el biodiésel resurge como opción para reducir costes como solución a medio plazo. Pero, ¿qué es el biodiésel? ¿Realmente merece la pena fomentar el uso de este combustible? ¿De dónde se obtiene y cómo es de limpio?
¿Qué es el biodiésel?
El biodiésel es un combustible sintético elaborado a partir de elementos orgánicos, tales como los aceites de maíz o soja, árboles como la palma o aceites de desecho… Incluso, puede obtenerse de aceite de cocina usado. Es, por tanto, una fuente de energía mucho más limpia que el diésel tradicional, además de renovable. Los biocombustibles como este cada vez van ganando más terreno a los combustibles fósiles. Y, dado que este puede ser usado en motores diésel, aunque hoy por hoy mezclando ambos, reduce el uso de este considerablemente. El Gobierno aprobó su fomento mediante Real Decreto en 2021, en una apuesta por promocionar el uso de biocarburantes.
Así se obtiene el biodiésel
Una vez se ha obtenido el componente orgánico que formará parte del combustible en forma de aceite vegetal, el biodiésel se elabora de distintas maneras. Una es el mezclado directo. Otra, la microemulsión. El alcohol suele intervenir en este proceso. También se recurre a la transesferificación: se trata de una reacción química entre el aceite y el alcohol. Esta logra que los triglicéridos presentes en los aceites se transformen para ser usados en motores diésel con mayor eficacia. El biodiésel sirve como combustible para los mencionados motores, aunque hoy lo más habitual es que se presenten mezclados con el diésel tradicional. En la gasolinera lo reconocerás por llevar la B como distintivo y, al lado, un dígito que indica la proporción total en la mezcla de carburante (B10, B20, B50…).
Ventajas del biodiésel
Si pensamos en qué es el biodiésel (un procesado de origen vegetal), es fácil imaginar que una de sus principales ventajas es que es más limpio. La menor emisión de CO2 y de hidrocarburos con respecto al diésel convencional lo convierten en un combustible amable con el medio ambiente y que mejora la calidad del aire. También contribuye a un mayor aprovechamiento del suelo, ya que a menudo se produce a partir de los restos de las cosechas, con lo que estamos contribuyendo a un mayor aprovechamiento de los productos de la tierra. Favorece, precisamente porque su cultivo empieza a popularizarse, la creación de empleo en zonas rurales que lo producen. Un vertido accidental tendría consecuencias mucho menos dañinas que uno de diésel. Y, por supuesto, a medio y largo plazo se reduciría la importación de combustibles fósiles.
Desventajas
También tiene algunos inconvenientes. Por ejemplo, que se solidifica a muy bajas temperaturas. También se oxida y degrada con mayor facilidad, una cuestión que afecta más a su almacenamiento. Por último, un problema a tener en cuenta es que, a pesar de ser más limpio, puede no ser tan sostenible. Debemos de entender que el cultivo extensivo de especies vegetales, con el fin único de obtener biodiésel, podría dañar la tierra.
Ya conocemos mejor qué es el biodiésel y quizá no lo hayas contemplado como alternativa para tu coche si usa motor diésel. Sin duda, en la actualidad es una gran alternativa al carburante tradicional, y una fantástica transición hacia la movilidad cero emisiones. Pero para convertirse en el combustible del futuro le falta, principalmente, ser sostenible en cuanto a cultivos y poder utilizarse independientemente del diésel.