Llegó cuando no quedó más remedio y, contra todo pronóstico, ha demostrado ser una opción perfectamente válida para sacar el trabajo adelante: es el teletrabajo (trabajo en remoto, a distancia, etc.), algo con lo que siempre soñamos, pero que nunca había llegado a calar realmente hondo en la cultura empresarial española… hasta que el curso de las cosas cambió nuestra forma de entender los sistemas de trabajo.
El teletrabajo resulta atractivo para los trabajadores por razones obvias (no tener que desplazarse cada mañana o poder compaginar mejor con el resto de las responsabilidades) pero lo cierto es que esta modalidad de trabajo ofrece muchos más beneficios de los que se conocen de forma general.
Una mayor productividad, mejor imagen percibida de la empresa o una mayor autonomía son algunos de los beneficios del teletrabajo que no deben pasarse por alto.
LOS BENEFICIOS DEL TELETRABAJO, SEGÚN LOS ESPAÑOLES
El teletrabajo no es en absoluto una novedad exclusiva del año de la pandemia. De hecho, la flexibilidad de algunas empresas en este sentido iba poco a poco dando pasos hacia adelante, con diversas organizaciones que ya habían tomado medidas hacia una mayor flexibilidad.
Pero, una vez el teletrabajo se ha convertido en la principal forma de trabajo, los resultados han sido realmente esperanzadores. Así lo corrobora la encuesta desarrollada por la Cámara de Comercio de España, donde un 74% de los españoles consideró que su trabajo les permitía trabajar a distancia de forma total o parcialmente.
¿Cuáles son los motivos por los que vemos el teletrabajo con tan buenos ojos? En primer lugar, por la reducción en los tiempos de desplazamiento (62% de los casos), por el ahorro en gastos personales como la alimentación (59%) y por poder pasar más tiempo con la familia (53%). Sin duda, la mayoría de nosotros preferiría seguir teniendo esa opción incluso de vuelta a la consabida normalidad.
Pero los empleados no son los únicos en beneficiarse del teletrabajo. Las empresas también se ven beneficiadas por el auge del teletrabajo: menos costes de oficina, una reducción significativa en los viajes o el ahorro en materiales también tienen su impacto en sus cuentas anuales. El teletrabajo no es solo beneficioso, por lo tanto, para los trabajadores.
MÁS BENEFICIOS DEL TELETRABAJO…
Los beneficios del teletrabajo van más allá de los más obvios, es decir, del ahorro de tiempo en desplazamientos o de poder pasar más tiempo en casa. ¿Cuáles son estos beneficios del trabajo a distancia? Los detallamos a continuación:
Mayor autonomía.
Poder disfrutar de un alto nivel de independencia en el trabajo ha demostrado generar un efecto positivo en los trabajadores que gozan de ella. Comenzar la jornada de trabajo unas horas antes para ganar tiempo libre por las tardes, tener los descansos que necesitemos o el hecho de poder trabajar con la playa como telón de fondo se encuentran entre las grandes ventajas del teletrabajo.
Y esta autonomía tiene un impacto directo en el rendimiento de los trabajadores, como veremos a continuación, reflejado sobre uno de los indicadores que todo directivo de empresa querrá elevar siempre al máximo: la productividad de sus empleados.
Aumento en la productividad.
Siempre que el trabajo a distancia esté bien estructurado, los trabajadores podrán ver incrementada su productividad gracias a una mejor predisposición hacia su trabajo. Es un ejemplo claro del conocido principio de reciprocidad, en virtud de la cual las personas estamos dispuestas a dar más cuando sentimos que estamos recibiendo algo que valoramos positivamente.
O, dicho de otra forma, cuando nos sentimos más cómodos en nuestro trabajo (y trabajar a distancia nos hace sentirnos así), estaremos más predispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos cada jornada laboral.
Así lo constatan diversos estudios sobre el impacto del teletrabajo en las empresas, donde quedó reflejado que -de forma general- los trabajadores nos inclinamos a compensar la flexibilidad con un esfuerzo adicional en sacar el trabajo adelante.
Mejora de la percepción de la empresa.
Pese a las medidas de control que se pueden establecer para asegurar que el trabajo se lleva a cabo pese a la distancia, el teletrabajo se interpreta a menudo como un voto de confianza a los trabajadores por parte de las empresas. Y esto también genera un impacto positivo en los trabajadores, que mejoran su percepción de la empresa para la que trabajan.
Igualmente, la opción de trabajar a distancia puede considerarse parte del salario emocional de un trabajo, es decir, de aquello que también suma pese a no representar una cantidad de dinero como tal.
Permite la integración de personas con discapacidades.
En cuarto lugar, la eliminación del trabajo presencial representa una ventaja para aquellas personas para las que desplazarse hasta el lugar de trabajo representa un verdadero problema.
Por lo tanto, uno de los sectores beneficiados con el teletrabajo es el de las personas con discapacidad, quienes han visto la posibilidad de contribuir productivamente al desarrollo propio y al de las empresas que han adoptado el trabajo a distancia.
ENTONCES, ¿TODO SON BENEFICIOS EN EL TELETRABAJO?
Como era de esperar, en lo referido al teletrabajo tampoco es siempre todo tan bonito como uno quisiera. Este es el caso del presencialismo (o presentismo) en el trabajo o, dicho de otra forma, de pasar más tiempo del necesario en el puesto de trabajo por el simple hecho de transmitir una imagen de disponibilidad.
Así pues, diversos expertos han puesto en liza el hecho de que el trabajo a distancia no esté impidiendo que muchos trabajadores terminen alargando su jornada laboral indefinidamente al pasar más tiempo conectados a sus obligaciones.
Aparte, el teletrabajo reduce significativamente el contacto social de los trabajadores -algo que muchas personas aprecian-, además de generar confusión entre el tiempo de ocio y de trabajo (es decir, no acabar de desconectar del trabajo).Como conclusión, para que el teletrabajo se consolide como una forma normal de trabajo se hace necesaria una mejora de los medios técnicos a disposición de los trabajadores, la voluntad real de las empresas en implementarlo y una normativa clara que delimite la división entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal de los trabajadores.