Cuando se habla de inteligencia artificial cada día surgen nuevos conceptos que añaden la palabra «inteligencia» a sistemas y soluciones tradicionales. Esto suele indicar que el nuevo concepto mantiene la idea original pero añade nuevas capacidades que hasta hace unos años no eran posibles. He aquí un par de ejemplos interesantes.
¿Qué está sucediendo en tu hogar?
Una compañía llamada Aerial trabaja en el campo de lo que denomina la inteligencia de los movimientos. Su tecnología se basa en un análisis detallado de lo que sucede en el interior de las diferentes estancias de los hogares, lo que se puede aplicar para activar o desactivar dispositivos, «entender» lo que sucede y otras aplicaciones interesantes.
La forma en que funciona es realmente ingeniosa: emplea las mismas señales del wifi inalámbrico que circulan en la casa, atravesando habitaciones y paredes. Se puede afinar aún más instalando algunos dispositivos o puntos de conexión wifi extra, dependiendo del número de plantas y superficie a cubrir. Cuando los ocupantes se mueven por el interior crean pequeñas perturbaciones en la potencia de la señal, lo que se puede detectar con precisión, casi como si se tratara de un sistema de radar. Es una forma pasiva de recopilar datos que no interfiere con la infraestructura ya existente.
El sistema de inteligencia artificial de Aerial clasifica entonces estas perturbaciones para reconocer qué está haciendo la gente en cada habitación: ¿cuántas personas hay?, ¿alguien se ha caído al suelo?, ¿hay alguna habitación vacía? Cada uno de estos escenarios puede estar conectado con automatismos como pueden ser sistemas de calefacción, alarmas, luces o equipos multimedia. El sistema puede incluso distinguir si alguien tiene un sueño tranquilo o se mueve mucho en la cama, información que se puede visualizar incluso en tiempo real. La lista de aplicaciones es enorme: cuidado de personas mayores, ahorro energético, seguridad, monitorización de pacientes y automatización del hogar entre otras.
Adiós a las contraseñas
Otra compañía especializada en seguridad informática ha desarrollado UnifyID, una ingeniosa forma de intentar acabar con las contraseñas –si acaso eso fuera posible– reemplazándolas por «el comportamiento de los usuarios». Aunque suena un poco extraño se refiere simplemente a emplear como datos de autentificación personal las acciones cotidianas: desde la forma de caminar a la cadencia al teclear o a qué dispositivos electrónicos llevamos con nosotros.
El concepto de este sistema descansa sobre lo que suele denominar autenticación de múltiples factores, que es no tanto algo que el usuario conoce (una contraseña) o posee (una llave) como más bien algo que es. Eso que «la persona es» varía desde los datos biométricos (huellas, rostro) al entorno en el que está físicamente (sitios a los que se conecta o rutina diaria). Quienes desarrollan aplicaciones pueden contar con esta especie de «autenticación continua» de la identidad de la persona que está al otro lado de la pantalla.
La utilización de diversas técnicas de inteligencia artificial permite a UnifyID reconocer este tipo de patrones en el «ser» y «comportarse» de los usuarios. Los algoritmos además se van ajustando poco a poco, con el paso del tiempo y las circunstancias; un ejemplo sería que la forma de caminar de una mujer varía cuando pasa a estar embarazada, del mismo modo el rostro puede variar durante distintas épocas del año y también a lo largo de varias décadas.
A partir de toda esta información recopilada por la IA se pueden activar unas medidas de seguridad u otras según la «importancia» de lo que los usuarios quieran hacer: acceder a una tienda, cambiar los datos personales de la cuenta, hacer una transferencia de dinero. Las que requieren un mayor nivel de seguridad pueden además solicitar un «extra» en esas pautas de identificación, desde códigos de un solo uso que se envían a los dispositivos a la presencia física en una ubicación determinada.
Álvaro Ibánez
Microsiervos
Álvaro es editor de Microsiervos, uno de los más conocidos blogs de divulgación sobre ciencia, tecnología e Internet en castellano. Participó en el nacimiento de proyectos españoles de internet como Ya.com/Jazztel y Terra/Telefónica y anteriormente trabajó en el mundo editorial de revistas técnicas.