Cuando aprender una materia específica se convierte en un dolor de cabeza dado su alto volumen de conocimientos, en ocasiones muy densos o demasiado técnicos, una solución que ha probado su efectividad es la de dividir la información en pequeños bocados más fáciles de digerir. Es el microlearning, un enfoque práctico sobre el aprendizaje basado en poner las cosas más fáciles.
En este contenido te contamos qué es y cómo hacer microlearning cuando necesites aprender nuevas habilidades de forma cómoda y práctica.
EMPECEMOS POR LO BÁSICO: ¿QUÉ ES EL MICROLERNING?
El aprendizaje que propone el microlearning tiene un rasgo diferencial: la brevedad a la hora de presentar los contenidos, se trata de píldoras de conocimiento que los interesados pueden consumir de la forma que mejor les convenga. Así pues, en un primer acercamiento a este enfoque diremos que el microlearning mejora y hace más eficiente la formación a través de contenidos breves.
Esta modalidad en la formación responde a diferentes circunstancias alrededor del aprendizaje. En primer lugar, a la muy habitual dificultad para compaginar la formación con las responsabilidades como el trabajo o la familia. Cuando una formación exige un alto número de horas de dedicación para estudiar grandes bloques de información, ésta supone a menudo tener que hacer encaje de bolillos para los estudiantes.
Por otra parte, una de las ventajas del microlearning está en aprovechar el tiempo efectivo en el que una persona alcanza su mayor nivel de atención. De ahí que el tiempo considerado más eficiente para estas píldoras de formación ronde los diez minutos, llegando incluso a ofrecer mejores resultados al reducir los tiempos a un rango entre los dos y los cinco minutos. En la formación más que en cualquier otro ámbito, si es bueno y breve, dos veces bueno.
Esto no quiere decir que todas las materias susceptibles de una formación deban ser comprimidas en píldoras de dos minutos. Por eso hay expertos en este campo que añaden una recomendación a la hora de plantear acciones formativas en modo microlearning: no se trata de ajustar los contenidos a un tiempo determinado, sino de ser capaces de diferenciar la información esencial (lo que necesita aprenderse) de la no esencial (lo que estaría bien conocer, pero no es imprescindible).
Idealmente, cada una de las píldoras de información contenidas en un formato de microlearning deberían tratar de cubrir uno o dos objetivos de aprendizaje a lo sumo. Eso sí, asegurando que los contenidos se prestan a ser encapsulados sin por ello dejar de cubrir los objetivos de aprendizaje.
Dicho esto, seguramente hayas probado el microlearning en más de una ocasión sin ser consciente de ello. Por ejemplo, a través de videos cortos en YouTube donde su narrador explicaba cómo hacer tal o cual cosa.
Incluso ese e-mail que recibimos semanalmente de una newsletter a la que estamos suscritos puede estar formándonos sobre una materia a través de escuetas píldoras de información.
Más allá de este par de ejemplos de microlearning, los formatos a través de los que hacerlo son muy variados:
- Videos cortos
- Textos breves y concisos
- Infografías e ilustraciones
- Cuestionarios
- Juegos de aprendizaje
- Etc.
¿CUÁLES SON LAS VENTAJAS DEL MICROLEARNING?
A continuación vemos con detalle los beneficios generalmente asociados a la formación por píldoras o microlearning.
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Flexibilidad
Para el alumno que quiere aprender a su ritmo y conveniencia, el formato de formación del microlearning resulta de lo más práctico al poder adaptarlo a su situación particular.
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Mejora la retención
Al condensar la información relevante en pequeñas dosis, resulta muy fácil volver a repasar los conceptos aprendidos cuando esto se hace necesario. Esto hace que, en el proceso de formación, los conceptos queden mejor consolidados.
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Engancha a los alumnos
Frente a los métodos de estudio convencionales, la filosofía del microlearning cautiva a quienes lo practican por su fácil puesta en práctica.
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Permite aprender temas complejos
Dividir la información en breves píldoras de conocimiento no significa que no se puedan aprender materias formativas extensas. Se trata de una cuestión de cómo se presenta la información, dividida en porciones.
Dicho esto, el microlearning no es la solución perfecta para convertirnos en maestros de absolutamente toda materia que se nos antoje estudiar y dominar. Al poner en foco en presentar la información en pequeños bocados de aprendizaje, esto no resulta tan ideal cuando resulta esencial tener una visión exhaustiva sobre el tema que se quiere aprender.
Por ejemplo, para un estudiante de medicina preparándose para superar el MIR, aprender términos médicos concretos en pequeñas píldoras puede resultar muy eficaz. Pero tratar de dominar todo un campo médico —como, por ejemplo, las afecciones en el sistema digestivo humano— en forma de pequeñas dosis resultaría impensable: el volumen de información y de literatura es tan amplio que presentarlo en conceptos breves no tendría sentido.
Esto es el microlearning. Ahora que ya conoces sus ventajas, ¿te animas a experimentarlo en primera persona? Tal vez acabes dominando aquello que siempre quisiste aprender de forma más fácil de lo que imaginas.