Las estafas o fraudes en Internet están en sus cotas más altas en la actualidad. Al menos, así lo recoge el último estudio sobre la cibercriminalidad en nuestro país -elaborado por el Ministerio del Interior-, donde se identificó un aumento en los fraudes por Internet del 39% en solo un año (datos de 2019).

Con estos datos sobre la mesa, saber identificar la legitimidad de las páginas web que visitamos habitualmente resulta esencial para no acabar en el punto de mira de posibles estafadores. ¿Cuál es el principal objetivo de los hackers? En general, cualquier usuario de Internet que navegue sin prestar demasiada atención a lo que tiene delante.

En este contenido recopilamos las pautas básicas a seguir para comprobar fácilmente si una página web es lo suficientemente segura como para poder efectuar transacciones en esta con toda tranquilidad (registrarnos con nuestros datos personales, hacer compras, etc.).

LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD EN UNA PÁGINA WEB.

Lo que para nosotros puede ser algo tan natural como estar navegando tranquilamente por una página web cualquiera, a nuestras espaldas puede haber un mundo de hackers tratando de aprovechar un despiste para aprovecharse de nosotros de una u otra forma.

Considera lo siguiente: cuando estás navegando en una página web, los riesgos de caer en una acción fraudulenta pueden llegar a estar donde menos te imaginas (eso es, precisamente, lo que buscan los estafadores). Por ejemplo, al descargar un archivo de aspecto inocente, o al facilitar nuestros datos dentro de un pop-up desplegable. Y por supuesto, al introducir los datos de nuestra tarjeta bancaria para efectuar un pago en una página web que (ingenuamente) consideraos legítima.

Dicho esto, ¿cuáles son los tipos de estafas online qué más riesgos suponen para el usuario despistado? Por citar las más habituales:

Phising: este tipo de estafa presenta a los internautas la copia falsa de una página web conocida (por ejemplo, de una entidad bancaria), en la que se les pide prestar atención a algún problema en particular. Por ejemplo, se le indica que los datos de su cuenta bancaria deben ser renovados. De esta forma, el estafador puede conseguir datos sensibles tales como datos personales o directamente los datos de las tarjetas bancarias de las personas.

Tiendas falsas: en este tipo de fraude se presenta una tienda online con falsos productos a precios exageradamente bajos. De esta forma, se trata de conseguir los datos bancarios de las personas que caen en la trampa atraídos por las grandes ofertas, pudiendo esquilmar sus cuentas bancarias más adelante.

Falsos antivirus: lo que vemos en nuestra pantalla en este caso es un mensaje alertándonos de la infección de nuestro equipo con un virus informático. ¿La solución que nos ofrecen? Descargarnos un antivirus -fraudulento- para evitar el problema. Pero la realidad es bien distinta: si nos descargamos su programa, lo que estamos haciendo es dar al ciberdelincuente el control de nuestro ordenador.

Estos son solamente tres ejemplos de la infinita variedad de formas en las que los hackers intentan hacer el mal ajeno, pero hay muchas más: estafas de lotería, estafas vía e-mail, páginas de noticias falsas, estafas vía SMS…demasiadas opciones como para no andar con los ojos siempre bien abiertos en Internet.

Ahora bien, con tanta amenaza a la vuelta de la esquina, ¿significa esto que alguien nos acabará estafando, tarde o temprano? La buena noticia es que, si tomamos las medidas oportunas, reduciremos de forma muy significativa las posibilidades de caer en las manos de los hackers.

CÓMO COMPROBAR LA SEGURIDAD DE UNA PÁGINA WEB EN UNOS SENCILLOS PASOS.

Como indicábamos unas líneas atrás, las estafas online son a menudo reconocibles si sabemos exactamente donde debemos mirar. ¿A qué elementos debemos prestar especial atención al navegar por cualquier página web? 

Por ejemplo, esto es lo que puedes comprobar para valorar la seguridad de una página web:

El tipo de lenguaje: cuanto más emocional sea este (a veces, exagerado), mayor será la precaución que deberemos tener antes de seguir navegando por determinada página web. Cuando una página web nos urge a hacer algo (¡compra, compra!) siempre es mejor proceder con cautela.

Un diseño pobre y descuidado: los estafadores online no se enfocan tanto en crear páginas web con diseños de últimas tendencias, sino en tratar de engañar al mayor número de personas posible. Si el diseño de una página te resulta antiguo, estridente, etc., piénsalo dos veces antes de seguir navegando.

Sin información legal: según la ley LSSI, toda página web que venda productos debe indicar claramente datos como el NIF de la empresa, su dirección, un e-mail de contacto y un teléfono. Si estos datos no aparecen por ningún lado visible, desconfía de la página web, así que comprueba si están publicados en alguna parte.

Sin un certificado de seguridad: cuando una página web tiene un certificado de seguridad, la veremos comenzar por la raíz https (en lugar de http). Además, veremos un pequeño candado junto a la URL de la página web. Esto es fácil de comprobar y te dará una idea rápida sobre la seguridad de una página web.

Sin sellos de calidad: el hecho de que una página web cuente con reconocidos sellos de calidad es una muy buena referencia para poder confiar en su legitimidad. Si la página que te hace dudar no tiene sellos de calidad o éstos parecen falsos…desconfía.

Opiniones negativas: antes de comprar en una página web es muy recomendable buscar opiniones en otros medios. Dado que es muy habitual que las personas estafadas compartan su experiencia, es probable que esto te permita detectar un posible fraude antes de que suceda.

No tiene redes sociales: una página con seguidores activos en las diferentes redes sociales es también una buena señal sobre su legitimidad. Si una página que te parece sospechosa no tiene ninguna actividad en redes sociales, podría ser una señal de alerta.

Estas son algunos de los aspectos que te pueden guiar cuando una página web te de mala espina para poder comprobar su seguridad. Aparte, recuerda no dejar nunca ningún tipo de dato personal en una página de la que no tengas la mayor certeza sobre su legitimidad.