Lo conocemos como “facility management” o, por su nombre en español, mantenimiento de instalaciones. A menudo pensamos en este tipo de servicios como algo secundario, o que podemos posponer. Pero no, el “facility management” es importantísimo por distintos motivos.
El facility management tiene incluso su día… y su propia asociación
El conocido “facility management” cuenta con su propio día mundial (13 de mayo) y hasta su propia asociación (la IFMA, International Facility Management Association, por sus siglas en inglés). La misión de la IFMA es dar visibilidad al más alto nivel a este tipo de profesionales, puesto que su labor es mucho más importante y necesaria de lo que puede parecer a primera vista. ¿Quiénes son los profesionales del mantenimiento de instalaciones? La respuesta incluye un amplio abanico de profesionales: desde electricistas, fontaneros, pintores o albañiles hasta instaladores y ebanistas. De hecho, numerosas escuelas ofrecen titulaciones en mantenimiento de edificios e instalaciones públicas.
Es un servicio que ahorra dinero
El mantenimiento de las instalaciones es esencial no solo en los edificios en los que vivimos, sino también en los espacios en los que trabajamos (fábricas, despachos, etcétera). Y su importancia en el plano económico no se queda atrás. Por una parte, gracias a esta se conservan los bienes de equipo en buenas condiciones, alargando su vida útil. Por otra parte, las revisiones evitan pérdidas debidas a parones en la producción y sus consecuencias.
Evita accidentes laborales, o incluso domésticos
Imaginemos que dejamos pasar la revisión de una caldera, la reparación de una fachada o la maquinaria de una determinada fábrica. Los trabajadores que operan en esos espacios corren un riesgo innecesario y las consecuencias podrían ser realmente dramáticas. Lo mismo podemos decir del edificio en el que vivimos: ascensor, escaleras, barandillas, puerta de acceso al portal y un largo etcétera. El mantenimiento de instalaciones es clave para evitar este tipo de situaciones.
Optimiza el flujo de trabajo
Equipos que funcionan frente a equipos que no; despachos en los que todo parece a punto de estropearse frente a despachos en los que todo funciona a la perfección. Si las instalaciones y la maquinaria que las conforman están en un estado óptimo de uso, quienes trabajan en ese espacio cuentan con un entorno que les permite rendir más y mejor.
Potencia la eficiencia energética
Pensemos en una caldera que no funciona del todo, tuberías que pierden agua, sistemas de calefacción por las que no circula adecuadamente la electricidad o el agua, puertas y ventanas que no están correctamente selladas, o sistemas eléctricos que se han quedado viejos. Dentro del mundo del mantenimiento de instalaciones, hay varios tipos de instalaciones que, debidamente revisadas y/o reparadas, nos van a causar un ahorro considerable en la factura del agua, del gas o de la luz.