A menudo escuchamos este concepto, pero ¿hemos pensado realmente en por qué es importante apoyarlo? Y, sobre todo, ¿sabemos en qué consiste exactamente? Vamos a conocer la definición de comercio justo y, después, a razonar lo necesario de apostar por él.
Definición de comercio justo
Para definir el comercio justo necesitamos, en primer lugar, entender qué ocurre en determinados países empobrecidos. En estas zonas hay a menudo una serie de materias primas que se exportan a países del primer mundo. Y puede que no nos hayamos parado a pensar en, por ejemplo, por qué el café o el cacao (procedentes, por ejemplo, de regiones de África o Centro y Sudamérica) tiene unos precios incompatibles con el trabajo que lleva producirlos y exportarlos.
Bien, sucede que los trabajadores de aquellas zonas trabajan a menudo en condiciones infrahumanas, sin adquirir las condiciones de seguridad o higiene mínimas, exponiendo sus vidas. También puede ocurrir que trabajen niños, que el acceso al empleo no sea igualitario y que se explote a ciertas minorías étnicas. Por último, este comercio deshonesto no contempla el cuidado del medio ambiente en un momento en el que el planeta está luchando para preservarlo.
Pues bien, el comercio justo es una forma alternativa de comercio que lucha contra todas las desigualdades que acabamos de plantear. Está promovido, por una parte, por numerosas ONG; por otra, por Naciones Unidas, pero también por otros agentes sociales que están en la esfera del pacifismo y el ecologismo.
¿Por qué es importante promover el comercio justo y consumir productos que provienen de él?
- Contribuye a la erradicación de la pobreza al impulsar el comercio justo, ya que al proporcionar a las personas involucradas en este acuerdo condiciones más ventajosas y justas, se les paga un precio adecuado por su trabajo, lo que les permite salir de la pobreza
- Para que se paguen a los trabajadores salarios acordes a su desempeño y no estén infrapagados.
- Porque se promueve la igualdad salarial. Hombres y mujeres van a cobrar lo mismo por un trabajo idéntico.
- Para evitar la explotación infantil. Por desgracia, y aunque no lo veamos, el trabajo en muchas de estas zonas no tiene el menor empacho en poner niños a hacer trabajo de adultos. Un trabajo muy duro que, además, los expulsa de la educación y los somete a esfuerzos incompatibles con su desarrollo.
- Por su calidad. Es importante destacar que estas iniciativas siempre cuentan con productos de enorme calidad.
- Porque es sostenible. El comercio justo es altamente respetuoso con el medio ambiente: no se sobreexplotan las tierras ni se aplican productos que destruyen el suelo agrícola.
- Por su estructura democrática, que impide el maltrato laboral, y que además genera una relación comercial que se mantiene en el tiempo.
- Favorece unas condiciones de trabajo dignas.
¿Cómo saber si estoy comprando productos de comercio justo?
Llegados a este punto, ¿cómo podemos saber que el producto que compramos forma parte de las diversas redes de comercio justo? En realidad es muy fácil: basta con fijarse en el envase y comprobar si cuenta con alguna de las certificaciones que corroboran su procedencia.