El verano facilita las intoxicaciones alimentarias. Por una parte, las altas temperaturas favorecen la multiplicación de las bacterias y virus; por otra, las actividades al aire libre hacen que se multipliquen las posibilidades de contagio. Si salimos a la playa o al campo, la cadena de frío de ciertos productos puede romperse en las neveras portátiles que solemos utilizar. Puede también que no los cocinemos o lavemos lo suficientemente (solemos comer más productos frescos), o que un alimento afectado contamine a otros. Veamos cuáles son los virus y bacterias que más proliferan y, sobre todo, cuáles son los síntomas y remedios a la intoxicación por alimentos. Es importante recordar cuáles son los hábitos debemos vigilar para evitarlas.

Bacterias y virus que más intoxicaciones causan en verano

Detallarlas todas sería imposible, pero sí hay algunas que suelen causar más estragos, especialmente en verano:

Listeria

Esta bacteria cobró especial protagonismo en el verano de 2019, cuando una partida de carne mechada superaba en 150.000 veces la presencia tolerable en un alimento. Se halla de manera natural en el suelo, el agua y las heces de los animales. Los factores de riesgo son el consumo de vegetales crudos criados en suelo contaminado (o con estiércol que la contiene), de carne contaminada, de leche no pasteurizada y sus derivados o de algunos procesados, como fiambres, queso, etcétera.

  • Síntomas de infección por listeriosis: Las personas infectadas pueden manifestar fiebre, náuseas o vómitos, diarrea, escalofríos y dolores musculares. En los casos más agudos, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, convulsiones o pérdida de equilibrio.

Norovirus

El norovirus, al igual que la mayoría de las bacterias que provocan intoxicaciones alimentarias, puede encontrarse en alimentos frescos o poco cocinados, y su propagación es muy rápida. Mariscos, frutas, verduras…, son los alimentos más propensos a contenerlo y el agua contaminada es un transmisor del mismo.

  • Síntomas de infección por norovirus: Náuseas, vómitos, febrícula, dolores musculares y diarrea son los síntomas más frecuentes. Sin embargo, puede causar deshidratación en los casos más agudos, una menor producción de orina o incluso de lágrimas son una clara señal de alerta.

Salmonella

Esta es una de las bacterias más populares del verano. Eso sí, la prevención y los remedios a la intoxicación por alimentos contaminados por salmonella también son los más conocidos. Se puede encontrar en huevos, fruta, carnes poco cocinadas o crudas y también en procesados (tortillas, mayonesas, etcétera).

  • Síntomas de infección por salmonella: Los síntomas más comunes son diarrea, fiebre y calambres abdominales, aunque en muchos casos puede pasar inadvertida.

E.coli

Esta bacteria contamina los alimentos a través del contacto con agua o heces que la portan. Los productos con más posibilidades de contagio son la carne de res poco hecha (hamburguesas, por ejemplo), bivalvos vivos (ostras, etc.), leche y derivados sin pasteurizar o frutas y verduras sin lavar.

  • Síntomas de infección por E.coli: Náuseas, vómitos, cólico abdominal, fiebre, cansancio y diarrea con presencia de sangre.

Prevención y remedios a la intoxicación por alimentos

Con carácter general, estos son los hábitos que debemos contemplar para evitar una intoxicación:

  1. Lavarse bien las manos antes de manipular cualquier alimento, algo a lo que estamos acostumbrados sobre todo desde la aparición del COVID.
  2. Lavar y desinfectar la verdura y la fruta que vamos a consumir fresca. Lo ideal es añadir lejía apta para uso alimentario: basta con 1,5 ml por litro de agua y cinco minutos de lavado.
  3. Cocinar bien los alimentos con mayor riesgo de contaminación: carnes y pescados, principalmente. Nada de jugos rosas o carne que suelte líquido.
  4. Mantener separados los alimentos crudos de los cocinados.
  5. En casos como la carne cruda, evitar que los jugos toquen otros alimentos. Lo ideal es guardar en tuppers herméticamente cerrados.
  6. Desinfectar todas las superficies en las que hayamos manipulado alimentos crudos y tener, si es posible, una tabla de corte distinta para carne roja, carne blanca, pescado, fruta y verdura y resto de alimentos.
  7. Tener especialmente vigilados a los niños, a quienes una intoxicación alimentaria puede afectar de forma más severa.
  8. En los restaurantes prestar especial atención al cocinado de los alimentos que se vayan a consumir, y evitar en lo posible tortillas poco hechas o mayonesas.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición tiene en su web una serie de recomendaciones que merece la pena leer.

En caso de que se sufra una intoxicación alimenticia, lo primero que se debe hacer es acudir al médico y seguir sus indicaciones. Además, aquí tienes otras recomendaciones que pueden ayudarte durante este periodo y que son útiles para no contagiar a tus familiares y amigos:

  1. Tomar líquidos (agua, zumos, infusiones…) en abundancia para evitar la deshidratación.
  2. Hacer dieta blanda hasta que hayan desaparecido los síntomas: alimentos hervidos, a la plancha o al horno, con poca sal y poca grasa. Evitaremos los picantes y daremos prioridad a arroz, patata, zanahoria, pescado blanco, pollo sin piel, pera, plátano…
  3. No cocinar para terceras personas (lo que provocaría una expansión de la enfermedad).
  4. Lavar la ropa aparte y desinfectar el baño cuando se use.