El sector sanitario representa una de las industrias que más rango de desarrollo presentan en la aplicación de las tecnologías de Internet de las Cosas (IoT), con la previsión de alcanzar cifras récord en los próximos cinco años. Y sus aplicaciones son de lo más diversas, tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes que ven en dichas tecnologías una forma de mejorar su calidad de vida.

En este artículo explicamos como la medicina moderna está avanzando hacia un futuro de máxima conectividad utilizando las últimas tecnologías de Internet de las Cosas (IoT).

INTERNET DE LAS COSAS EN MEDICINA: UNA VISIÓN GENERAL

Describimos el Internet de las Cosas como una red de dispositivos que se aprovechan de la conectividad de Internet para recoger e intercambiar grandes cantidades de datos de lo más diverso. En el sector específico de la medicina, esta gestión de los datos permite a los profesionales de la salud utilizar información en tiempo real para tomar mejores decisiones, desde elaborar diagnósticos hasta prescribir los tratamientos más adecuados. 

A pesar del gran impacto del IoT en los equipos médicos, resulta importante destacar que la aplicación de estas tecnologías no se limita a los profesionales de la salud y los hospitales, sino que también puede beneficiar los pacientes de muchas maneras.

IOT PARA LOS PACIENTES

Recoger información sobre cada paciente nunca ha sido tan fácil como en la actualidad, con la aparición de multitud de dispositivos y wearables que permiten automatizar la recogida de datos directamente de dichos pacientes.

Por ejemplo, con las aplicaciones de IoT aplicadas a la medicina es posible hacer una medición en tiempo real de diversas variables tales como la presión arterial, el ritmo cardiaco o el nivel de glucosa en la sangre, lo que evita a los pacientes tener que llevar un registro manual de estos datos (con los posibles errores que esto implica).

Yendo un paso más allá en el uso de los datos recopilados por estos dispositivos, existen diversos sistemas de IoT que permiten incluso evaluar la salud mental de los pacientes, identificando posibles situaciones de depresión. 

Otras aplicaciones de IoT aplicadas a la medicina permiten identificar posibles estados de pánico derivados de una situación de excesiva ansiedad, facilitando las pautas oportunas al paciente para hacer frente a dicha situación.

La información que los dispositivos inteligentes pueden recoger y procesar es realmente extensa. Por citar dos ejemplos más de la aplicación del Internet de las cosas en la medicina moderna, tenemos los dispositivos con sensores para detectar caídas, una función realmente práctica en el caso de personas mayores que viven solas. O los dispositivos que controlan y hacen seguimiento de la administración de las medicinas prescritas por los médicos, asegurando que cada paciente cumple con su tratamiento.

Y por encima de todo, la gran conectividad del IoT permite que los pacientes participen en su tratamiento sin importar cual sea su situación geográfica, algo especialmente cómodo en aquellos casos de una movilidad reducida.

IOT PARA LOS PROFESIONALES DE LA SALUD

En el otro lado de la ecuación, los profesionales médicos también están mejorando como nunca el ejercicio de su trabajo gracias al Internet de las Cosas aplicado a la medicina.

Los mismos dispositivos portátiles que ayudan a los pacientes a controlar sus principales indicadores de salud también resultan de ayuda para los médicos, permitiéndoles controlar a sus pacientes sin necesidad de que éstos acudan presencialmente a la consulta médica. Dichos dispositivos permiten a los médicos ser proactivos con los tratamientos de cada paciente incluso a distancia, liberando espacio en los hospitales.

Pero las aplicaciones del IoT en la medicina van más allá de la supervisión monitorizada de los pacientes. Por ejemplo, otra de las aplicaciones que ya están integrando multitud de hospitales les están permitiendo llevar un mejor control de sus inventarios. Es decir, optimizar el consumo de los suministros y artículos médicos utilizados por cada paciente.

Además de esto, los hospitales ya están aprovechando la utilidad de los dispositivos inalámbricos RFT (en bandas elásticas y otros distintivos de identificación) para gestionar y optimizar sus procesos internos, una aplicación más del Internet de las Cosas en la medicina.

Por último -y no menos importante-, las tecnologías de IoT aplicadas a la medicina permiten a los hospitales llevar un mejor seguimiento de sus equipos médicos -de los que a menudo depende la salud de los pacientes-, pudiendo controlar el estado de la maquinaria con una mayor precisión que nunca.

Estos son solamente algunos ejemplos de las aplicaciones del IoT en medicina que existen actualmente, aunque dado su enorme potencial, se espera que sigan emergiendo nuevas y sorprendentes aplicaciones en los años venideros.