A veces, la arquitectura sostenible está en detalles que cuestan cero euros. Esto cobra importancia en el contexto actual en el que el ahorro energético y la reducción de la huella de carbono son vitales para el uso eficiente de los recursos del planeta. Para que un edificio sea sostenible, hay una serie de requisitos que debe tener para serlo. ¡Vamos a repasarlos!
La elección de los materiales: cuanto más naturales, mejor
En la arquitectura sostenible, esto es de vital importancia. Por un lado, los materiales deben ser lo más naturales posible para que su extracción o procesamiento dañen lo menos posible al medio ambiente. Un ejemplo es que la madera tiende a usarse cada vez más. Por otro lado, dichos materiales se traen de zonas de proximidad para minimizar la huella de carbono en su transporte. Además de esto, reutilizar materiales de construcción es también una práctica que está en auge.
Un diseño compatible con el clima
La llamada arquitectura bioclimática contempla las condiciones meteorológicas del lugar en el que se va a edificar, así como los recursos disponibles en la zona. Busca el confort térmico y reducir al máximo el impacto ambiental tanto durante su construcción como tras ella. El mínimo consumo de recursos naturales es otro de sus principios.
Incorporar plantas: más que estética
El hecho de que haya espacios verdes no solo tiene un impacto positivo en la decoración de nuestra casa sino también medioambiental. El uso de plantas contribuye a equilibrar temperatura y humedad así como mitigar los efectos adversos de la contaminación.
Orientación: arquitectura sostenible que no implica sobrecostes
Si hay un principio básico en la arquitectura sostenible, ese es el de la orientación. A la hora de proyectar un edificio, se ha de tener en cuenta de qué manera incidirán en él los rayos de sol ya que puede reducir los costes energéticos tanto en calefacción como en refrigeración. Con ese sencillo principio en mente, el ahorro para el bolsillo y para el planeta es considerable.
Uso de energías renovables
Utilizar energía solar en lugar de aquella procedente de combustibles fósiles hace de nuestro edificio uno mucho más sostenible. De hecho, ahora que es obligatorio que las viviendas ya construidas tengan certificados de eficiencia energética, este indicador está ganando popularidad como uno de los factores que valoran los compradores a la hora de adquirir una nueva residencia. No es lo mismo comprar una vivienda que utiliza energías limpias a uno que tiene, por ejemplo, calefacción central por carbón. Además, esto también tiene un impacto en su ahorro mensual.
Construcción en seco para reducir el despilfarro
Cada vez más, en la arquitectura sostenible se habla de sistemas en seco que no solo reducen el consumo de agua, sino también los escombros. Tanto el “drywall” (para interiores) como el “steel framing” (para interiores y exteriores) son materiales que, entre sus muchísimas ventajas, tienen que son cien por cien reutilizables.
Fomento de la economía circular
La economía circular es transversal a todos los sectores económicos. En términos de arquitectura sostenible, esta se orienta sobre todo a la reutilización de materiales y a la gestión de residuos.