A la hora de elegir una vivienda se valoran múltiples factores: la presencia de ascensor (especialmente si vive gente dependiente), que sea más o menos céntrica, que tenga o no espacios verdes… Y también que el piso sea exterior o interior.
Lo habitual es que un piso exterior sea más atractivo, aunque tiene, como todo, sus pros y sus contras.
Ventajas de vivir en un piso exterior
La luz
Con matices, porque hay pisos interiores que, bien por su situación (los más altos de un edificio) o bien por el espacio al que da ese interior, están muy iluminados. No es lo mismo un patio de luces que un patio de manzana. El primero es un elemento arquitectónico de la propia finca: un patio al que da la parte interior de todas las viviendas. En general es pequeño y oscuro. El patio de manzana es un espacio mucho más amplio, ya que es el que conforman todos los edificios de una manzana.
Por otra parte, un piso exterior puede serlo simplemente por tener una ventana pequeña que da a la calle. Pero hechas estas salvedades, lo habitual es que la vivienda exterior tenga más luz natural.
Mejor ventilación
Si entra más luz, entra más aire. Parece obvio. La ventilación no solo provee al hogar de una mejor renovación del aire, sino que también puede reducir o evitar las humedades por condensación.
Mayor valor económico
Si hablamos de comprar un piso, el exterior va a estar mejor valorado en el mercado inmobiliario siempre. Por eso, si algún día queremos venderlo, este factor va a influir positivamente a la hora de ponerle precio.
Desventajas de un piso exterior
El ruido
También con matices, claro: no podemos saber si tenemos un vecino ruidoso, algo que afecta por igual al piso interior y al exterior. Pero el ruido de la calle, especialmente si vivimos en una zona céntrica o con mucha densidad de población, se amortigua considerablemente en una vivienda interior.
Suelen ser más caros
Lo que puede ser una ventaja si vendemos se convierte en un inconveniente si compramos o, sobre todo, alquilamos: el hecho de que un piso sea exterior ya es de por sí un motivo habitual para que el propietario le ponga un precio sensiblemente más elevado que si se trata de un interior.
Proteger la vivienda
Una de las características de un piso exterior es que está más expuesto a las intrusiones. Es cierto que a un piso interior se puede acceder también, por lo que implementar medidas de seguridad es algo inherente a cualquier vivienda. Por una parte, los exteriores tienen más vías de acceso (ventanas, balcón o terraza, etcétera) que pueden convertirse en puntos sensibles. Por otra, pueden dejar ver desde la calle más fácilmente qué hay dentro, en especial si son pisos bajos o intermedios.
La posibilidad de que entren en nuestra casa es una de las mayores preocupaciones en nuestro país, e instalar un sistema de alarmas eficaz reduce considerablemente las opciones de que un intruso acceda a nuestro piso. La de Securitas Direct, con tecnología PreSense