Icono del sitio Protegiendo Personas

Internet de las Cosas en la industria del vino: eficiencia y precisión.

Internet de las Cosas vino

Son muchas las sensaciones que podemos experimentar al elevar una copa de vino para brindar y beber a la salud de nuestros allegados. La experiencia olfativa tal vez nos haga sobrevolar extensos campos cubiertos por viñedos, caminar por pequeños pueblos vinícolas o perdernos por los pasillos de bodegas centenarias llenas de barriles hasta el techo. Quizás lo último en lo que pensemos sea en Internet y en las nuevas tecnologías… ¿o tal vez sí?

Lo cierto es que la revolución de las nuevas tecnologías (y en particular, del Internet de las Cosas) también ha llegado con fuerza a la industria del vino, convirtiéndose ya en un elemento casi indispensable para que los amantes del buen vino puedan disfrutar del placer de una buena copa cuando la ocasión lo merece.

Si quieres saber un poco más sobre las formas en que un sector con tanta historia y solera como el vinícola ha abrazado las nuevas tecnologías del Internet de las Cosas, acompáñanos en este sorprendente viaje al interior de la industria del vino.

INTERNET DE LAS COSAS… ¿O INTERNET DE LOS VINOS?

La revolución del Internet de las cosas ha llegado a multitud de sectores, y la industria del vino no iba a ser una excepción. Ya existen sensores inteligentes apoyados en IoT que permiten a los productores detectar enfermedades en sus cultivos, monitorizar la calidad del suelo y optimizar las temperaturas en las bodegas para maximizar la calidad del vino producido. 

Entre los pasos que está dando la industria vinícola hacia el futuro encontramos avances de lo más diversos. ¿Botellas que cobran vida para contar la historia del vino que llevan embotellado? ¿Sensores que alertan cuando puede haber una plaga que acabe con la cosecha? A continuación, repasamos lo más sorprendente del Internet de las Cosas en la industria del vino.

BOTELLAS MÁS CONECTADAS QUE NUNCA

Muchas marcas de vinos han convertido el etiquetado de sus botellas en toda una experiencia para los amantes del vino. Marcas como Pernod Ricard ya han lanzado botellas cuyas etiquetas están conectadas a listas musicales, recetas para preparar combinados y concursos con grandes premios.

Pero quizás una de las innovaciones más sorprendentes a nivel de etiquetado fue la desarrollada por la bodega australiana 19 Crimes, implementando una aplicación de Realidad Aumentada a través de la que los personajes impresos en el etiquetado de sus botellas resultaban cobrar vida. Aquí puedes ver un video de la promoción que va a dejarte sin palabras.

SENSORES INTELIGENTES 

Los datos recogidos por sensores inteligentes emplazados en los campos de cultivo representan otro de los grandes avances que han experimentado muchas bodegas a través del Internet de las Cosas.

A partir del análisis de los datos recogidos por estos sensores (tales como las condiciones del suelo, la humedad, las temperaturas, etc.) los productores pueden tomar decisiones sobre la calidad de la uva, la posible producción máxima en cada periodo de cultivo o sobre los ciclos biológicos de la uva.

Además, la aplicación del Internet de las Cosas permite a los productores identificar posibles riesgos de plagas y enfermedades en sus cultivos, ayudándoles a aplicar los tratamientos más adecuados para ponerles remedio sin echar a perder la cosecha.

BODEGAS EQUIPADAS CON LAS ÚLTIMAS TECNOLOGÍAS

El proceso de elaboración de un gran vino no termina una vez recogida la uva en los viñedos, ni mucho menos. Al contrario, el proceso de envejecimiento (crianza) del vino en las bodegas es un ingrediente sin el que no podríamos disfrutar de nuestros vinos favoritos.

Las variables principales a controlar una vez que el vino está en las bodegas son la luz, la temperatura y la humedad a los que los vinos están expuestos en sus respectivas barricas. La exposición a la luz variará en función del tipo de vino, así como la humedad deberá mantenerse en unos niveles controlados durante todo el proceso.  

Así pues, el acceso a estos datos permite a los productores identificar hasta las menores variaciones que puedan tener un impacto negativo sobre la producción final. El resultado es un vino de la mayor calidad posible para sus consumidores.

En resumen, un sector tan tradicional como el del vino ya está dando buena cuenta del papel de las nuevas tecnologías para mejorar sus procesos de producción y elevar la experiencia de sus usuarios. ¿Cuál será el siguiente sector en dar el salto?