El último domingo de octubre se atrasan los relojes. Es un método de ahorro energético que viene operando en España desde 1973. Esta práctica, generalizada en Europa, Norteamérica y algunos países de Oriente y Sudamérica, permite gastar menos en electricidad. Pero ¿cuánto? ¿Merece realmente la pena el cambio de hora? ¿Cómo afecta esto a nuestro organismo?
Así funciona el cambio de hora
Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), esta medida puede llegar a ahorrar hasta un 5% de energía, lo que en 2021 venían a ser unos 300 millones de euros. En un contexto como el actual, en el que el ahorro es casi una obligación, parece razonable que, por poco que sea, contemos con el cambio de hora para gastar menos electricidad. Pero es un sistema no exento de polémica: la inmensa mayoría de la población está en contra de este cambio. Y es que afecta a nuestro organismo.
¿Cómo nos afecta el cambio de hora?
Tanto en marzo, cuando el cambio de hora se traduce en tener sesenta minutos menos para dormir, como en octubre, cuando tenemos una hora más, nuestro cuerpo refleja las consecuencias. Estas son las más comunes:
- Afecta a nuestros ritmos circadianos, que son las variables biológicas que tenemos en intervalos regulares de tiempo. Cuando le sumamos o le quitamos una hora al día, esa desregulación nos puede alterar, principalmente, a la hora de dormir: nos puede costar más conciliar el sueño al acostarnos o despertarnos por la mañana. Es como un pequeño jet-lag.
- Altera nuestro humor y nuestro estado de ánimo.
- En algunas personas, cierto estado de ánimo tendente a la depresión.
- Somnolencia.
- Irritabilidad.
- Problemas para mantener la atención y la concentración.
- Hay quienes refieren también cefaleas.
En general, son problemas que enseguida pasan (lo que tarda el cuerpo en reajustarse) y es más notorio en el cambio de hora de verano que de invierno, aunque hay personas que lo acusan más que otras. Principalmente, los mayores y los niños. Aun así, hay maneras de mitigar estos efectos que produce el cambio de hora.
Así podemos mitigar los efectos que produce el cambio de hora en nuestro organismo
Hay varios trucos con los que podemos reducir estos pequeños inconvenientes:
- Intenta acostarte un poco más tarde (diez o quince minutos) antes del retraso en el reloj hasta recuperar tu hora habitual de irte a la cama.
- Del mismo modo, intenta adelantar la hora de comer y, sobre todo, de cenar.
- Trata de no trasnochar durante los fines de semana. De este modo, tu patrón de sueño se alterará menos.
- Evita las bebidas alcohólicas y excitantes.
- Lee un poco antes de ir a dormir y evita abusar del móvil por la noche.
- El fin de semana en el que se produzca el cambio de hora, trata de no programar actividades muy agotadoras (una mudanza, por ejemplo).
- Procura evitar las siestas en los días posteriores al cambio de hora para llegar con más sueño a la noche.
- Haz ejercicio físico a diario. No es preciso que sea intenso: una caminata, nadar o montar en bicicleta… Treinta minutos de actividad física al día te ayudarán a conciliar el sueño. El sedentarismo lleva al insomnio.