Ahorrar energía en casa es posible y más fácil de lo que parece. Para ello, solo tenemos que desarrollar ciertos hábitos. La constancia es la clave del éxito y estos consejos pueden ayudarte a ahorrar unos cuantos euros en tu factura energética.
Por otra parte, el ahorro energético no solo revierte en nuestro bolsillo, sino también en el cuidado del medio ambiente. Disminuyendo el consumo de energía lograremos un menor impacto medioambiental y estaremos haciendo frente al calentamiento global.
Actualmente, aunque las condiciones climáticas han mejorado desde el comienzo de la crisis COVID-19, tal y como advierte la ONU “ la reducción de las emisiones como resultado de la crisis económica provocada por el coronavirus, no son sustituto de acciones contra el cambio climático.” Por este motivo es necesario seguir esforzándose a nivel individual y a través de acciones específicas que reduzcan los impactos que el cambio climático tiene en el medio ambiente.
¿Cómo ahorrar energía en casa?
El ahorro de energía es un propósito a largo plazo. Tenemos que habituarnos a unos comportamientos e instaurarlos en nuestras vidas para lograr ser más eficientes. Este cambio de hábitos, unido a la apuesta por electrodomésticos altamente eficientes, es lo que marca la diferencia.
Estos son algunos consejos prácticos que te ayudarán a ahorrar energía en casa:
1. Aprovechar la luz natural
España es un país con muchas horas de sol. Abrir las persianas y aprovechar al máximo la luz natural es una excelente opción para no gastar energía eléctrica a lo largo del año. En época de calor, bajar toldos y persianas nos permite disminuir la necesidad de aire acondicionado. Durante el invierno, utilizar toldos y/o persianas oscuras posibilita concentrar más calor en el interior de la vivienda.
2. Luz eléctrica
Una de las formas de ahorrar energía en casa más evidentes es la de apagar las luces cuando abandonamos una estancia. Puede ser una buena idea instalar sensores de presencia que enciendan o apaguen las luces cuando entramos o salimos de una habitación. Por otro lado, hay que tener en cuenta que las luces LED o de bajo consumo gastan menos, lo que puede suponer un ahorro energético importante.
3. Plancha y horno
El horno es uno de los electrodomésticos que más consumen. Si vas a cocinar algo en el mismo organízate para hornear más de un plato y así aprovechar el calor. En cuanto a la plancha, procura planchar toda la colada de una sola vez. Comienza planchando la ropa que menos calor necesite, para optimizar el momento en que la plancha coge más temperatura. De igual manera, puedes aprovechar el calor residual, una vez desconectado el aparato, para aquellas prendas con un tejido de fácil planchado.
4. A la hora de cocinar
Tapa las ollas y las sartenes cuando estés cocinando algún alimento para acelerar el proceso de cocinado y conseguir así ahorrar electricidad. Una vez apagada, la vitrocerámica aún se mantendrá caliente algunos minutos, así que puedes aprovechar ese calor residual para terminar de cocinar los alimentos. Es fundamental elegir el recipiente adecuado para cocinar, de manera que se adapte en función de la cantidad de comida y el tamaño de la vitrocerámica. Las baterías de cocina de calidad con fondo grueso son más eficientes, y las ollas a presión permiten un ahorro de energía de hasta el 75%.
5. Aparatos en stand by
Los aparatos enchufados a la red eléctrica siguen consumiendo electricidad, aunque los tengas apagados. Esto se conoce como “consumo silencioso” o “consumo fantasma”. Esa lucecita roja que nos aparece en la televisión, los ordenadores, los cepillos de dientes eléctricos o los calefactores cuando están apagados pero conectados a la red, supone un consumo extra de energía y, por tanto, una cantidad importante de dinero a final de año. Una excelente idea es utilizar una regleta para conectar y desconectar varios electrodomésticos. De esta manera, nos resultará más cómodo apagarlos con un sencillo gesto.
6. Calificación energética
Todos los electrodomésticos cuentan con una etiqueta energética que indica, entre otros aspectos, el consumo de energía. Hay siete categorías diferentes, siendo la “A” la de mayor eficiencia energética. Comprar un electrodoméstico calificado como “A” puede ser más caro, pero lo compensará el ahorro en la factura a final de año. De igual manera, las tarifas de discriminación horaria también pueden suponer un ahorro si utilizas las horas valle para usar electrodomésticos como el lavavajillas.
7. Lavadora, lavavajillas y secadora
Los programas de lavado en frío o a menor temperatura consumen menos, lo que te ayudará a bajar la factura energética. También puedes ahorrar si evitas los programas de prelavado, optas por programas más cortos, y pones los electrodomésticos con la carga completa. La secadora, por su parte, es uno de los electrodomésticos que más consumen, por lo que es preferible secar la ropa al aire libre.
8. Medidas para el frigorífico
Nunca hay que colocar el frigorífico junto a una fuente de calor, como puede ser el horno o el microondas. Siempre optemos por comprar un modelo que se ajuste a nuestras necesidades de almacenamiento en frío. Por otra parte, el frigorífico debe rondar una temperatura de entre 3 y 5º C, mientras que el congelador tiene que estar a entre -1 y -15º C.
9. Mantenimiento y prácticas eficientes
Limpiar el serpentín de la nevera, mantener limpio el horno, el calefactor o los filtros del aire acondicionado, así como tener los radiadores debidamente purgados, hará que estos aparatos sean más eficientes. De igual manera, conviene no abrir la puerta del frigorífico, el congelador o el horno a menos que sea necesario y, en caso de que lo hagas, durante el menor tiempo posible.
10. Ventanas y radiadores
Colocar burletes en ventanas y puertas que tapen la entrada de aire frío es un truco sencillo y barato para ahorrar dinero, y que contribuye a mantener el calor de la casa. Asimismo, debemos evitar que los muebles tapen los radiadores cuando esté puesta la calefacción.
11. Temperatura de confort
Cada grado que subimos o bajamos en nuestro hogar con la calefacción o con el aire acondicionado supone un 7% más de consumo energético. Mantener la temperatura de confort es el primer paso para lograr una mayor eficiencia energética. En invierno, sería suficiente con que la casa se encuentre a entre 20 y 22º C, y alrededor de los 17º en los dormitorios. En verano, la temperatura de confort oscila entre 22 y 25º.
12. Pequeños detalles
Hay multitud de pequeños hábitos que pueden suponer un ahorro de energía: dejar secar tu cabello al aire en vez de utilizar secador, desenchufar el cargador del móvil cuando no lo estás usando, usar alcachofas de ducha eficientes, pensar qué vas a coger de la nevera antes de abrirla, etc. Son pequeños trucos para ahorrar que te permitirán reducir el gasto energético.
13. Utilización de la tecnología
Usar un termostato digital o instalar domótica resulta una buena opción para controlar la temperatura de tu hogar. También podemos optar por utilizar aplicaciones orientadas al ahorro energético, que nos aportarán consejos para ser más eficientes. Con apps como myUse puedes realizar un seguimiento de los gastos de tu hogar y realizar así un estudio de tu consumo y tus hábitos con el fin de ahorrar en la factura energética.
Poner en práctica estos consejos para ahorrar energía en casa no es suficiente. Lo importante es ser constantes y desarrollar nuevos hábitos de manera permanente. Lo notará nuestro bolsillo y contribuiremos a hacer de este planeta un mundo mejor. El esfuerzo merece la pena.